Fue un miércoles distinto. Más allá de que la Ciudad de México se cimbró con el juego amistoso —en Ciudad Universitaria— de los Pumas con el Celta de Vigo, el Estadio Azteca vivió el arranque frenético de los americanistas en un mes que nunca olvidarán.

El futbol mexicano, después de sus tremendos y menudos fracasos, se reconfigura y arranca el camino a una sucesión llena de incógnitas, miedos, temores absurdos y mucho más. Tratemos de entender los fracasos a profundidad, porque no son coincidencia ni accidentes del futbol.

Más allá de si es en la categoría femenil, varonil, mayor o juvenil, el común denominador de todos estos es la falta de capacidad en la gestión. Ahí es donde se tendrá que poner el acento. ¿Por qué está fallando la gestión?

Es suficiente la preparación, la infraestructura, la visión, la mentalidad, el nivel deportivo, el apoyo de los clubes, el doble mercado —con el de Estados Unidos—, las canteras y centros de desarrollo, la inversión y la exportación de nuestros talentos.

Una cantidad de tópicos que se deben abordar con profundidad, generar una comunicación circular y que se obtenga la transparencia necesaria para que una coyuntura así no quede con un parche, no se selle el bache sólo con tierra y algo de cemento, que a la herida no se le ponga un curita.

En pocas palabras, sólo cambiar de nombre sería absurdo para las necesidades que hoy tenemos en un futbol que se imaginaba en franco ascenso y ha sido frenado de golpe en la zona deportiva más pobre del mundo.

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Es por eso que cala el doble, porque al medir el nivel de los fracasos, ni siquiera pertenecen a las áreas de la alta competencia y élite deportiva, sino contra estructuras muy menores a las tuyas. Es esa pesadilla llamada Concacaf , que nos ha confundido y desorientado en el trámite de nuestros objetivos.

Por eso, es muy importante que —aunque los dueños de los equipos estén separados y peleados— por fin los principales gestores de este deporte en nuestro país, quienes siguen obteniendo jugosas ganancias, aunque el señor Ricardo Salinas Pliego diga lo contrario, generen la reestructura anhelada y la hagan pensando en que se necesita un perfil con mejores recorridos y no sólo amigos del sistema que ayuden a codificar a nuestro futbol como se ha aspirado, invertido y trabajado, como potencia, y no sólo una máquina de dinero de los paisanos, como pinta cada día más la cosa.

¡Bienvenidos, bienvenidos! Al día después de mañana.

@EnriqueVonBeas

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