Aunque formalmente el proceso de “selección” de la persona que coordinará los comités de la defensa de la 4t, largo eufemismo para decir candidatura a la presidencia, culminó el fin de semana, la trama guinda sigue desarrollándose y parece que dará mucha tela de donde cortar en las próximas semanas, quizá meses.

A diferencia del Frente Amplio en MORENA ya tenían la ruta trazada desde la famosa cena de junio, en la que el presidente estableció las reglas de sucesión, dejando de lado a la dirigencia de su partido y la voluntad de los miembros del CEN que actuaron como clásica porra priista de apoyo, estableciendo una nueva forma de dar un dedazo.

La innegable fuerza de los guinda y el caudillismo autoritario presidencial hacen de esto un proceso histórico, en la que forma cambia radicalmente pero se conserva el fondo de la tradición de la sucesión presidencial que dominó el siglo XX en México. Por esto, entre muchas razones, es necesario repasar los hechos de este suceso.

LO BUENO

Si hay algo que se debe reconocer al presidente López Obrador es que ha generado un fenómeno social en el que la tradicional indolencia de los mexicanos ante la política se ha reducido y las personas que participan constantemente desde diversas trincheras son muchas más que en todo lo sucedido en los primeros 18 años de este siglo.

De igual forma, su decisión de obligar a l@s aspirantes a entrar en una dinámica de giras, exposición pública y debate indirecto es también una agradable sorpresa, dado su personal estilo de gobernar y hacer política, donde prima su protagonismo.

El debate y el disenso son condiciones básicas de la democracia. Por eso me parece sano, aunque fútil, constatar que pese a la exigencia de lealtad completa -incluida la sumisión- desde el liderazgo imprescindible, existan personajes, aspirantes y grupos capaces de levantar la voz e inconformarse. Así han iniciado varios de los más importantes movimientos políticos de los últimos 40 años en México, con inconformes que se desmarcan de los ritos del poder, algo que se puede repetir.

LO MALO

Pese a todo, la norma para el presidente y el obradorismo ha sido apostar por las acciones ilegales y antidemocráticas.

El origen del proceso morenista obedeció a la voluntad presidencial, al juntar a todos los actores en una cena y decir quiénes podían participar, de qué forma se iba a validar su proceso y dejando claro quién llevaba el bastón de mando.

No fue necesario recordar que él mismo ya había designado de facto a la jefa de gobierno de la CDMX para sucederlo, desde diciembre de 2021 cuando le levantó la mano y dejó claro que era ella. Algo que va contra toda lógica de debate y lucha democrática al interior de los partidos y que, sin embargo, ha sido negado una y otra vez.

También en el rubro negativo es necesario recordar que cada uno de las corcholatas, en mayor o menor grado y desde hace meses o semanas, se entregaron alegremente al gasto ilegal de campañas. Miles de espectaculares y bardas, portadas de revistas, libros y entrevistas constituyen las pruebas del desdén por la ley con tal de arrancar en ventaja de sus propios compañeros y, por supuesto, de la oposición.

No basta con dar una declaración a medios explicando que esto ocurre porque el pueblo “quiere y apoya” a una corcholata o lanzar un exhorto para que dejen de hacerlo. El manejo coordinado de slogans, hashtags, imágenes, colores, diseño y tipografías habla de un trabajo de diseño y difusión con costo de decenas de millones de pesos, tal y como ocurrió con la otra campaña ilegal “que siga AMLO” en su momento.

También queda claro que la democracia interna no es algo con lo que morena se pueda identificar. Los reclamos que sus militantes de base han hecho sobre la opacidad de las encuestas, la selección de candidatos chapulines afines a su dirigencia nacional dejando de lado militantes de décadas de lucha, las impugnaciones internas y creación de grupos de militantes en resistencia ante tales acciones recibieron un espaldarazo simbólico con las protestas e impugnaciones del excanciller Ebrard ante lo que él considera como un proceso con los dados cargados.

El rastro es claro, ya sea en la selección de candidatos a ediles, diputados locales, gobernadores (recordemos a Mejía Berdeja) o presidente de la república hay indicios abundantes de un gran esfuerzo por simular una democracia interna que no existe. En otras palabras, existe el dedazo a todos niveles, pese a la narrativa oficial.

LO INTERESANTE

Al igual que con el FAM…lo mejor está por venir.

Sin embargo, debido a cinco años de gobierno con el personalísimo estilo de liderazgo del presidente, podemos adelantar algunas cosas interesantes que es muy probable que sucedan o están ocurriendo mientras escribo este texto:

· El autonombrado gobierno más feminista de la historia cederá los reflectores a la candidata más feminista de la historia, la cual cuenta ya con el equipo mas feminista de la historia conformado por tres hombres, uno de los cuales se le señaló en su momento como posible violentador político en razón de género.

· El bastón de mando fue traspasado con la promesa de que el presidente centraría toda su atención en gobernar y dejaría de lado cuestiones de partido y electorales, promesa que duró menos que un suspiro de monja. Ya en la mañanera realizada tras la gira por Sudamérica, el presidente se empeñó en tratar de hacer operación cicatriz, al tiempo que denostaba a los opositores. Parece ser que la exjefa de gobierno deberá hacerse a la idea de convivir y tolerar una campaña paralela, que será muy difícil coordinar para su equipo.

· La generación de una marca y un posicionamiento propios para la Dra. Sheinbaum será una tarea titánica, al no poder desligarse del presidente buscando no ser una calca o clon demasiado evidente al tiempo que le da continuidad a su discurso y se provecha de su popularidad para no caer en las encuestas. Esto le ha reportado constantemente 48 o 49% de intención de voto a la ahora coordinadora pero no queda claro si esto será suficiente para mantener la ventaja, otro desafío más.

· El factor Marcelo aún es una incógnita en muchos sentidos, en especial si nos referimos a cuál de las dos contendientes presidenciales afectará de forma más profunda. Se ven señales de esto en la insistencia por parte del primer mandatario en que no haya rompimiento por el peso específico en simpatías y encuestas favorables hacia el que fuera el mejor funcionario del gobierno federal durante la pandemia. De otra forma no se puede entender el manejo entre terciopelos que le ha brindado.

· Las contradicciones discursivas del gobierno y su partido se hacen cada vez más evidentes. El uso de apodos y frases discriminatorias o difamatorias va en ascenso, dejando libre el flanco a señalarlos por las mismas prácticas que calificaban en la oposición como ruindades, mezquindad y violencia. La decisión que se tome al respecto en el cuarto de guerra de la candidata guinda determinará el tono de las campañas, ya que la oposición ha mostrado ser altamente reactiva, en lugar de propositiva.

· El fantasma de la elección de estado, clásicamente priista, se asoma en el horizonte. Y de ocurrir esto dependerá de la candidata oficial y su disposición a traicionar su propia historia como luchadora de izquierda, ¿será mayor su ambición?

Y las campañas aún no inician…

@HigueraB

#InterpretePolítico

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