He participado en la vida política por más de 50 años y casi el mismo tiempo la he estudiado académicamente. Sobre esa base construyo mi reflexión referente a ese extraño rompecabezas denominado Frente Amplio por México cuyas piezas no hay modo de que embonen en virtud de las intensas contradicciones en su seno, que se agudizarán cuando eliminen a uno de los 4 preseleccionados. El humillante desprecio con que fueron hechos a un lado los dos aspirantes provenientes del PRD revela las fisuras que marcan este anómalo intento opositor pues las verdaderas alianzas deben basarse en un amplio sector de principios compartidos. Por eso causa pena ver al PRI de compañero de viaje de un panismo que ni siquiera conserva la alcurnia intelectual y la respetabilidad conservadora que lo caracterizó, para perderse en el populismo encarnado por una persona —cuyo género es ajeno a esta apreciación— con mínima experiencia, introducida a la política por los headhunters foxianos, cuyos atributos electoralmente más atractivos parecen ser la vulgaridad del lenguaje, su desparpajo irrespetuoso, la chabacanería y la superficialidad. ¡Lo que diría Gómez Morín! al ver como una persona con esas características desplaza a un político pleno de experiencia y de capacidad teórica como Santiago Creel, a quien conozco y valoro desde hace muchos años aunque no comparta su ideología.
Asimismo es triste que dos personajes políticos de la talla de Beatriz Paredes y Enrique de la Madrid, cuyo gran talento y experiencia me constan desde hace largo tiempo, queden sometidos al capricho de una cúpula que en el fondo los desprecia, como se notó en las declaraciones recientes de Claudio X. González sobre los priistas, y que da la impresión de estarlos utilizando para aprovechar lo que queda del priismo en favor de un proyecto contrario a los valores históricos de ese partido, los cuales ahora están abanderados por el lopezobradorismo de Morena. Este ha revalidado el amor a la Patria y la disposición a servirla bajo el principio: “La Patria es Primero” que implica poner en primer término el interés del conjunto sobre las pretensiones estrictamente individuales avaladas por el jusnaturalismo que se infiltró mañosamente en la Constitución con la reforma del 2011. Ha vuelto a defender vigorosamente la soberanía nacional rechazando la sumisión a criterios internacionales que limiten nuestra autodeterminación; ha devuelto su valor a la protección de los sectores de menores recursos, a la Rectoría Económica del Estado sobre el mercado y fortalecido a las empresas públicas encargadas de sectores estratégicos; ha impulsado la admiración por nuestra cultura ancestral, así como la confianza en las virtudes del Pueblo mexicano y en la grandeza nacional.
Esos valores fundamentales los abandonó el PRI. Por eso fue abandonado por el electorado y hoy da grima verlo colocado en el cabús de un ferrocarril sin destino cierto, cuyos desvencijados vagones van endeblemente unidos solo por el engrudo del oportunismo, sin ningún proyecto unificador congruente para la Nación, que le resultará imposible construir a esa frágil coalición contra natura, engarzada solo por lo que no quiere o no le conviene, y por el perfil de una candidatura basada en el pragmatismo para cachar votos de donde sea.
@DEduardoAndrade Magistrado en retiro y Constitucionalista.