Aunque ha menguado la pandemia ocasionada por el coronavirus SARS-Cov-2, ningún país puede aún afirmar que los casos no aumentarán. Una cuarta ola está produciéndose en algunas regiones de Europa y muchas naciones más –como México– están a la expectativa de un repunte.

Mientras eso ocurre, hay expertos que ya están alertando sobre la próxima pandemia, como Sarah Gilbert, científica de la Universidad de Oxford y una de las creadoras de la vacuna de AstraZeneca contra el covid. No se conoce cuándo ocurrirá ni su intensidad, pero para ella es seguro que “esta no será la última vez que un virus amenaza nuestras vidas y nuestros sustentos de vida”.

Gilbert menciona que las dolorosas experiencias que se han vivido en el mundo deben ser utilizadas para prepararse contra la próxima pandemia y destaca que, aunque hay enormes pérdidas económicas, eso no debe significar que no haya fondos para enfrentar este tipo de eventualidades.

En la pandemia por Covid-19 quedó demostrado qué países pudieron enfocar sus baterías en desarrollar una vacuna. La carrera fue vertiginosa y, al final, en tiempo récord, Estados Unidos, Gran Bretaña, China y Rusia fueron claros vencedores. En la región latinoamericana, únicamente Cuba tiene avances importantes en el desarrollo de un biológico, aunque no a la velocidad deseada.

Para México, la emergencia sanitaria tendría que servir como evidencia de la precaria situación de la ciencia y de los científicos, siempre con recursos exiguos. Es obligado voltear a ver con otra perspectiva a quienes pasan horas en laboratorios de universidades públicas y en centros de investigación. También tendría que volverse necesario involucrar más al sector privado para que la ciencia no tenga que ser un tema exclusivamente oficial.

Respecto a la aparición de variantes del Covid-19, los países que han detectado las mutaciones son aquellos que han avanzado en el estudio de la secuenciación genética, una arista a la que ninguna nación debería desatender.

Al principio de la pandemia la escasez de insumos (cubrebocas, equipo de protección, respiradores artificiales) fue generalizada en hospitales mexicanos. Con la aparición de vacunas, el arribo al país fue a cuentagotas. Si con estas y otras situaciones no se aprendió de la pertinencia de darle un impulso al sector científico, quizá no pase mucho tiempo para que lo lamentemos.