La pandemia del coronavirus marcará un antes y un después en el mundo. El impacto será profundo en diversas áreas y, por otra parte, está recorriendo el velo de una realidad que está a la vista pero que hasta este momento podemos ver con claridad:

Muchos jóvenes han decidido continuar con su vida de modo normal. Tanto en México como en otros países han decidido recorrer el mundo aprovechando que los vuelos son baratos. “Si me toca, me toca, pero al menos habré viajado” pareciera ser el mantra que los lleva a tener tal comportamiento. En México la asistencia al Vive Latino demostró que muchos están dispuestos a no enclaustrarse.

Algunos sostienen que tal comportamiento es poco solidario con los adultos mayores, más propensos a enfermarse. Sin embargo, lo cierto que es que el mundo que les estamos dejando no es el mejor: calentamiento global y, en México, las generaciones Afores recibirán pensiones miserables. Las generaciones maduras y de adultos mayores, ¿fueron solidarias con las que venían en camino?

Lo que como humanidad le hemos hecho al planeta revive la hipótesis de Gaia: el planeta como ser vivo. Bajo esta explicación, la tierra se está “curando” a sí misma: el principal virus somos los humanos que desde que iniciamos el recorrido por el mundo hemos acabado con un gran porcentaje de flora, fauna y diversos ecosistemas; no satisfechos con ello, la hemos contaminado con plástico de un solo uso y gases de efecto invernadero.

La hipótesis anterior es soportada por la reducción en la contaminación en China y por la presencia de delfines y agua cristalina en los canales de Venecia que se explica en mayor medida por la disminución de basura y turistas.

El país con forma de bota es uno de los que presentan mayor nivel de mortalidad consecuencia del coronavirus. China, España, Europa y otros países donde el mestizaje no es tan evidente, tienen estas alta tasas de mortalidad. En México no hemos tenido aún el mismo número de defunciones que en otros lugares para el mismo número de días de epidemia. Una hipótesis sobre esto es que el mestizaje puede estar relacionado con una mayor resistencia al virus. Esto lo sabremos en muy poco tiempo.

La cuarentena de diversas empresas públicas y privadas pondrá a prueba la pertinencia de trabajar desde casa, esto es, el teletrabajo o “home office”. Algunas empresas ya lo hacen exitósamente y han ahorrado en renta de espacios y servicios como energía eléctrica y agua. Los trabajadores, por su parte, ahorran tiempo y dinero por evitar trasladarse todos los días. Este episodio muy probablemente fortalecerá el teletrabajo y, cuando la pandemia se disipe, veremos un nuevo entorno laboral, que también tiene su contraparte en lo que respecta al aislamiento social.

En México, no todos los trabajadores tienen la posibilidad de estar en cuarentena. Una gran parte de la población se encuentra en el sector informal de la economía y vive al día. Guardarse en casa no es una opción, podría serlo en países donde se tiene un sistema de seguridad social sólido como en Europa. Incluso en EE. UU. El presidente ha decidido dar dinero en efectivo a las familias. Nada más lejano de la visión republicana que llevó a Trump al poder y que sigue siendo la estrategia para las elecciones venideras. Por lo tanto, el contexto actual puede ser un parteaguas que permita fortalecer la seguridad social en nuestro país y el mundo.

Por último, el fenómeno de las compras de pánico de papel higiénico no es exclusivo de México, se presentó en diversos países. Tan es así que se empieza a hablar de las compras de pánico de este artículo de limpieza como un indicador de miedo: cuanto más se compre, mayor el pánico entre la población.

Profesor de Tiempo Completo del Centro Universitario UAEM Nezahualcóyotl.

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