Se acaba de hacer público el incremento en el salario mínimo general que tendrá entrará en vigor a partir de 2023.Con este, suman ya varios años consecutivos en que el incremento es dos dígitos. De hecho, durante décadas, pareciera que la política salarial era de auténtico empobrecimiento de la clase trabajadora, pues las alzas a esta variable económica apenas y mostraban un incremento equiparable a la inflación, en pocas palabras, se mantenía en niveles bajos con el pretexto de que de ese modo se mantendría el objetivo de estabilidad en los precios y, por lo menos, el poder de compra del salario mínimo no se reduciría. Las cosas cambiaron con el actual Gobierno. Los efectos de esta medida ya se pueden ver, por lo menos en la recuperación del poder de compra no sólo del salario mínimo, sino del sector formal de la economía.

El momento de mayor poder de compra del salario mínimo se dio en octubre de 1976. De ese momento en adelante, su poder de compra empezó a dar tumbos y cayó dramáticamente hasta 1996. De ese año en adelante se mantuvo constante, en niveles que provocaron que el sueldo en México sea uno de los más bajos del mundo y el mas bajo de la OCDE (rganización para la Cooperación y Desarrollo Económicos). Esto se puede ver claramente en la gráfica 1: el poder de compra se incrementó a partir de 2019.

Política salarial de la 4T
Política salarial de la 4T

Se puede argumentar, con justa razón, que el salario mínimo no representa a la mayoría de la población. Sin embargo, lo que sí ha provocado es que el sueldo promedio del sector formal de la economía, medida a través de los cotizantes del IMSS, también se haya recuperado. De hecho, el incremento en el poder de compra del salario mínimo provoca que el sueldo de los cotizantes del instituto también tenga recuperación salarial. Esto se puede ver en la gráfica 2.

Política salarial de la 4T
Política salarial de la 4T

Fuente: elaboración propia con datos del IMSS y del Banco de México

El eje izquierdo corresponde al salario mínimo, consecuentemente, el derecho al de cotizantes del IMSS. La forma escalonada del salario mínimo obedece a que cambia sólo cada mes y el incremento en precios erosiona su poder de compra hasta que, en enero de cada año, se vuelve a incrementar. El sueldo de los cotizantes del IMSS es contractual y se negocia en cada momento y obedece en parte a los ciclos económicos. De ahí que tenga una tendencia más accidentada de alzas y bajas.

Los datos son claros: a partir de la llegada del nuevo gobierno, el sueldo promedio diario de los cotizantes del IMSS se empezó a incrementar y la tenencia se ha mantenido. Eso se observa en la curva punteada que muestra el comportamiento inercial de esta variable. De conservar la política salarial, el poder de compra continuará. Sin embargo, nos falta mucho para llega al nivel máximo de octubre de 1976. De hecho, el salario mínimo tendría más que duplicarse para llegar a dicho nivel.

Lo interesante es que la recuperación del poder de compra del salario mínimo no se ha reflejado en mayores niveles inflacionarios, por lo menos no según los datos reportados por el INEGI. Durante 2022 hemos tenido una inflación alta con respecto a los niveles observados a partir del año 2000. Sin embargo, no es tan escandalosa si recordamos los episodios inflacionarios de la década de los 80 y la secuela del “error de diciembre” de 1994. Sumado a ello, los precios se han incrementado en el mundo entero, no sólo en México, por lo que esta alza en precios no se puede imputar al incremento en el salario mínimo.

Independientemente del partido que gane las próximas elecciones, la política salarial seguida por este Gobierno ha mostrado recuperación en el poder de compra sin que ello se traduzca en mayor inflación. Los efectos en la distribución del ingreso y en el fortaleciiento del mercado interno siguen pendientes, en algunos años podremos medir dicho impacto.

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Docente de la maestría en Economía, FES-Aragón-UNAM y UDLAP Jenkins Graduate School.

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