“¿Dónde estaban los pseudoambientalistas cuando hace años empezó la verdadera devastación en el sureste de México? El gobierno de la Cuarta Transformación (sic) trabaja en la remediación del desastre socioambiental que permitieron y promovieron administraciones pasadas para perpetuar el beneficio de unos cuantos por encima del bien común.” dice un comunicado de la SEMARNAT del viernes pasado. El comunicado, subido a redes sociales de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, es la respuesta a una campaña ( ) que compartió videos en los que aparecen varios actores y músicos como Eugenio Derbez, Natalia Lafourcade, Rubén Albarrán, Saúl Hernández, entre otros, para advertir los riesgos y costos socioambientales de continuar con la construcción del tramo 5 del Tren Maya.

En realidad, el mensaje de Semarnat simplemente replica en su conferencia del 23 de marzo en contra de quienes participaron en la campaña. “Convencen o contratan a artistas, a seudoambientalistas, supuestamente preocupados por la defensa del medio ambiente y empiezan una campaña en contra del Tren Maya . (…) ¿Cuándo estos artistas, seudoambientalistas, se pronunciaron por la destrucción que se iba a llevar a cabo del lago de Texcoco? (…) ¿Cuándo dijeron algo durante el periodo neoliberal que los gobiernos entregaron el 60 por ciento del territorio nacional para la explotación minera, 120 millones de hectáreas? (…) es una campaña en contra, porque son muy conservadores, son fifís.”

La construcción del tramo 5 ha implicado la tala de miles de árboles en la selva (a pesar de las promesas reiteradas del presidente de que para construir el tren pues se utilizaría el paso de la vía férrea ya existente), , el ecosistema del lugar y a las comunidades de la zona. Desde que se anunció la nueva ruta del tren, en enero, dedicadas a la protección del medioambiente han advertido sobre las afectaciones que causará la construcción del tren en esa zona. “La ruta trazada del Tren Maya en Quintana Roo provocaría la pérdida de más de 8 millones 736 mil árboles, palmas y arbustos en 120 kilómetros de selva”, . Las fotografías y videos que han circulado mostrando la devastación y deforestación en curso de la selva son desoladoras.

La respuesta desde la presidencia -o aplaudidores del régimen- que simplemente descalifican a críticos con la pregunta “y dónde estabas cuándo” es ya un clásico. Si se critica la militarización rampante del gobierno, la respuesta es “¿y dónde estabas cuándo Felipe Calderón desplegó a los militares? Si se señala la corrupción en el actual gobierno: ¿y dónde estabas cuando el PRI robo? Si se critica la devastación ambiental: ¿y dónde estabas cuando los gobiernos neoliberales? No hay defensa de lo que se hace, solo descalificación del interlocutor. No se afirma que lo que hace el gobierno sea correcto, solo se insinúa que la persona que señala algún exceso o falta carece de legitimidad para hacerlo. No importa cuál sea la trayectoria de la persona, no importa qué tan atroces sean las decisiones del gobierno, lo que importa es descalificar quien critica, convertirle en opositor, fifí, conservador, incongruente, o cualquier otro adjetivo que se le ocurra al presidente espetar desde la plataforma presidencial.

El grado de polarización que hoy existe en la sociedad es atribuible en una parte a esta forma de responder a la crítica. Ningún diálogo es posible anulando al interlocutor. Quizás sí logran el silencio -de algunos-, pero eso llega a un altísimo costo para todos. El Tren Maya está degradando el ecosistema de la península mientras que el presidente y sus secuaces degradan el sistema político y la conversación pública. La degradación, no la transformación, es el verdadero legado de este gobierno.


Profesora-investigadora del CIDE.
@cataperezcorrea