Acorde a información provista diariamente por las 32 fiscalías estatales, el gobierno federal publicó los datos correspondientes a homicidios la semana pasada. El lunes 1 de agosto acontecieron 63 homicidios dolosos, el martes siguiente fueron 74, el miércoles sumaron 86, el jueves fueron 74 y el viernes fue el peor día con 90 asesinatos. Los datos de sábado y domingo se publicarán hoy lunes. Sin embargo, todo apunta a un fin de semana sangriento y para muestra basta un botón… o en este caso tres.

Distintos medios publicaron el pasado sábado hechos que estremecerían a la población de cualquier país europeo, pero que, en nuestra tierra, son el pan nuestro de cada día. En Celaya, Guanajuato, posterior a un ataque armado en un bar, ocho personas perdieron la vida y cinco más habían sido hospitalizadas por heridas de arma de fuego . Los motivos se desconocen y no hay detenidos aún por esta masacre.

Por otro lado, en Rayón, San Luis Potosí, ocurrió un enfrentamiento entre policías y delincuentes que derivó en la muerte de 13 de los agresores (tres eran mujeres), la detención de cuatro más y el decomiso de armas largas, cartuchos útiles, chalecos antibalas y cinco camionetas.

Y para cerrar, en Quechultenango, Guerrero, un grupo armado ejecutó a seis personas, decapitando a dos de ellas en un aparente ajuste de cuentas entre bandas rivales.

Ahora, esto es lo que vemos, lo que está a ras de tierra, lo que queda a la vista para ser registrado y hacer público en medios. Sin embargo, también se publicó una noticia, acerca del hallazgo de un cadáver semienterrado en San Luis Potosí, de quien fuera el jefe del cuerpo de peritos de la policía local junto con el de una mujer que podría ser su esposa.

Y este es el quid de esta columna. Si estos dos cuerpos nunca hubieran aparecido, ya sea que los hubiesen enterrado con la profundidad adecuada o incinerado o “pozoleado”, la estadística de homicidios dolosos no aumentaría, aunque la de desaparecidos sí lo haría. Pregunta obligada: ¿Al no haber un cuerpo, los desaparecidos no se contabilizan como homicidios? La respuesta es un rotundo no.

Acorde al Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No localizadas ( RNPDNO ), desde que inició el registro de desapariciones en marzo de 1964 y hasta el día de ayer, se registra un total de 217,351 personas desaparecidas, no localizadas y localizadas, de las cuales 88,444 (equivalentes al 40.69% de las denuncias totales) no se sabe nada acerca de su paradero. De estas personas que no sabe nada acerca de su destino, 15,844 desaparecieron durante la administración de Felipe Calderón, 35,160 en la de Enrique Peña Nieto y 34,174 en el presente sexenio. (fuente: https://versionpublicarnpdno.segob.gob.mx/Dashboard/Sociodemografico)

Las cifras se recrudecen. En los últimos 44 meses se han registrado más de 34mil personas sin localizar. Ninguna otra administración desde que se tiene registro había tenido tantas desapariciones en poco más de la primera mitad de mandato. Jalisco, Estado de México, Nuevo León, Ciudad de México y Veracruz conforman el top 5 con mayor cantidad de reportes.

Por último, con base en la información presente, la consultora TResearch International publica una proyección de homicidios dolosos para lo que resta del sexenio y los números son una auténtica tragedia. Acorde a su ejercicio de prospectiva, se rebasarán los 200,000 asesinatos al término de esta administración y eso sin contar el número creciente de desapariciones.

(fuente: https://www.facebook.com/photo?fbid=725705938782837&set=a.379929410027160)

No importa que tantas vueltas le demos a estos números, no importan las simpatías y preferencias políticas que tengas, no importa la geografía en la que vivas en este México, no importa tu profesión u oficio, no importa el sexo o edad que tengas, no importa la clase social a la que pertenezcas o tu nivel socio económico, esta es una maldita tragedia que nos afecta a todos y no se ve la luz al final del túnel todavía.

POSTDATA

Hasta el cierre de esta columna 10 mineros permanecían atrapados después de un derrumbe/inundación en un túnel de la mina El Pinabete en Sabinas , Coahuila. Distintos medios dan cuenta de las pésimas condiciones de seguridad en que operaban y de reportes previos que alertaban al respecto. Sin embargo, la CFE otorgó contratos millonarios en los últimos dos años a la empresa Catamco, dueños y operadores de El Pinabete. Otra historia por seguir que apunta a una nueva tragedia.

para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, planes para el fin de semana, Qatar 2022 y muchas opciones más.

Consultor en seguridad y manejo de crisis  
Twitter: @CarlosSeoaneN 


 

Google News

TEMAS RELACIONADOS