Los discursos que escuchamos ayer por parte de los Presidentes López Obrador y Trump fueron un tanto bizarros. Trump, que a través de su retórica y acciones se ha dedicado a sobajar a la comunidad migrante, esta vez habló en positivo de las contribuciones de la comunidad Mexicana radicada en EEUU. AMLO agradeció a Trump por el respeto y la comprensión a los mexicanos y por no tratarnos como “colonia”, cuando en realidad Trump ha hecho todo lo contrario, amenazar a México con la imposición de aranceles, convertirnos de facto en un tercer país seguro para los solicitantes de asilo, desacreditar a los mexicanos y endurecer las políticas migratorias en contra de ellos. Fuera de estas obvias inconsistencias de las palabras con la realidad, lo cierto es que se siguió en la línea de “aterciopelada relación” que han tenido ambas naciones desde la primavera del año pasado. Se dijo lo que se escucha bonito aunque esto no refleje la realidad.

Lo que sería interesante saber es ¿qué gana México con esta visita?. El TMEC ya está aprobado y ya entró en vigor, la relación ya era relativamente estable, no hay además ninguna señal de que Trump vaya a cambiar sus acciones en contra de los migrantes mexicanos (de hecho se espera que esta misma semana vuelva a arremeter contra DACA a fin de terminarlo definitivamente), no se ve próximo un cambio o un fin para los mal llamados Protocolos de Protección Migratoria, que han dejado varados en nuestro país a más de 60,000 solicitantes de asilo, tampoco suena lógico que los inversionistas cambien su percepción sobre la seguridad de sus inversiones en México sólo por esta visita. Entonces, ¿por qué arriesgarse a ir en un momento electoral a EEUU? en el cual la reunión ha sido ya desde ayer utilizada por Trump y su equipo de campaña para generar réditos políticos, y desde luego, esto no ha sido bien visto por los demócratas, que bien podrían ganar la elección de noviembre. No en vano el tuit del hoy candidato puntero en las encuestas, Joe Biden, recordando las declaraciones de Trump en contra de los mexicanos al tiempo que se daba el encuentro entre ambos mandatarios, o bien la carta dirigida al Presidente López Obrador por parte de congresistas demócratas del Grupo de Trabajo sobre el TMEC, expresando sus preocupaciones respecto a la implementación de las reformas laborales y pidiendo al Presidente una respuesta por escrito. No olvidemos que los demócratas también aprobaron el nuevo tratado comercial.

¿Gana algo México? Esa es la pregunta, pues si bien no en todas las giras presidenciales se obtiene algo para el país, cuando se corre un riesgo, se espera alguna ganancia.

Es justo decir que a diferencia de la visita de Donald Trump a México en su campaña pasada, en este encuentro sí se cuidaron con olfato político los detalles y parecen haberse acordado condiciones sensatas para México. Me refiero por ejemplo a que no hubo encuentros privados entre los presidentes que se pueden prestar a especulaciones, no hubo preguntas por parte de los medios de comunicación, no hubo ataques de Trump a México ni comentarios sobre el muro. Estos acuerdos seguramente se hicieron desde antes para blindar la visita y que México aceptara ir, y son mérito de la cancillería y de la embajada de México en EEUU. La visita per se salió bien, pero las consecuencias de ella aún no están claras, tendremos que estar pendientes a los tuits de Trump, a sus discursos de campaña, a sus acciones de gobierno y a las reacciones de los demócratas, al tiempo.

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