Para tener el pico largo hay que tener la cola corta.

Dicho popular


“En política los vacíos no existen, se ocupan”, esto lo aprendieron amargamente Vicente Fox y sus “súper gerentes”, porque su ineptitud en el uso de las herramientas del poder, permitió que los gobernadores priistas —el principal reducto del tricolor después de haber perdido la Presidencia— armaran la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) que se convirtió en un dolor de muelas para el foxismo; lo que quedó fue una alternancia sin alternativa.
 
Pero la nueva clase gobernante, la de la 4T, no tiene la ingenuidad de los “súper gerentes”, no en balde muchos de ellos se formaron en las viejas artes del tricolor y no han dudado en usar los instrumentos de los que dispone el gobierno federal para “disciplinar” a sus adversarios.

Don Manuel Bernardo Aguirre, ex gobernador de Chihuahua y un costal de mañas (sabiduría política, le dicen) les hacía su colita a sus compinches y cuando hacía falta se las pisaba. La verdad es que Enrique Peña Nieto y su camarilla tienen la cola muy larga y por eso están amedrentados, no se atreven a censurar ni siquiera las decisiones más absurdas de este gobierno, porque se saben vulnerables (Beatriz Paredes es una excepción notable).

La “operación silenciador” —cualquiera que sea su nombre— está en curso. Por eso, lo mismo los refinados tecnócratas de finas maneras, como Luis Videgaray, que sus rudos operadores como Luis Enrique Miranda, están agazapados, en “modo silencio”.

Miguel Osorio Chong está bajo investigación. La Secretaría de la Función Pública, a cargo de la “implacable” Irma Eréndira Sandoval, analiza las inconsistencias entre sus declaraciones y su patrimonio.

La senadora Vanessa Rubio, una de las más cercanas colaboradoras de José Antonio Meade, solicitó licencia en el Senado porque si irá a vivir a Inglaterra, su lugar fue ocupado por su suplente, Nancy Sánchez, que renunció al PRI y se sumó a Morena.

La contraparte de la “Operación silenciador” es la “Operación Pájaro Cantante”. A unos los aprietan para callar, pero a otros, como César Duarte, Rosario Robles y Emilio Lozoya, para “cantar”.

El juicio en Estados Unidos contra el extitular de la Secretaria de Seguridad Pública, Genaro García Luna, también apoya esta operación.

Mientras traen a México a César Duarte, Rosario Robles permanece en prisión y agotada y deprimida se pregunta si llegó la hora de revelar los nombres de quienes le ordenaron diseñar esa trama que hoy se conoce como La Estafa Maestra.

El ex director de Pemex fue persuadido de hablar luego del apretón que le dieron a su esposa, a su madre y a su hermana y convencido de las ventajas de acogerse al “criterio de oportunidad” que establece el Código Nacional de Procedimientos Penales: la extinción de la acción penal a cambio de imputar y documentar sus acusaciones contra sus superiores: Enrique Peña Nieto y Luis Videgaray. Así que sus revelaciones le darán suficiente parque a la autoridad ministerial para armar sólidamente carpetas contra Peña Nieto y Videgaray que se usarán cuando sea el momento.

Y todo esto como estrategia para disminuir a los partidos de oposición y anular los intentos de alcanzar acuerdos que los lleve a postular candidatos comunes en las elecciones del año próximo porque en eso de las elecciones todo se vale, menos perder.

Presidente de Grupo Consultor Interdisciplinario. Twitter: @alfonsozarate

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