Cuernavaca.- Su nombre es sinónimo de violencia, secuestros, homicidios y desapariciones, y sus actos delictivos como líder del Cártel de Los Rojos llenan los 15 expedientes entre averiguaciones previas y actas circunstanciadas que integró la Procuraduría General de la República (PGR) para perseguirlo.

A Santiago Mazari Hernández El Carrete —nacido en la comunidad de San Gabriel Las Palmas, municipio de Amacuzac, sur de Morelos—, también lo persiguen desde 2009 el Ejército y la Marina, pero sus intentos por detenerlo han fracasado en más de cuatro ocasiones.

Su hit criminal documentado por la PGR considera una averiguación previa en 2009, 11 denuncias en 2012 y tres en 2013. La mayoría por los delitos de secuestro, desapariciones, amenazas y extorsión.

En la averiguación previa AP/PGR/MOR/V/092/2014, en poder de EL UNIVERSAL, obran las denuncias en contra de Santiago Mazari y su tío Alfonso Miranda Gallegos, alcalde de Amacuzac en el trienio 2009-2012 y diputado local para el periodo 2012-2015.

Miranda Gallegos fue detenido en febrero pasado en el Estado de México junto con un hombre apodado El Telúrico, uno de los lugartenientes de Santiago Mazari, de acuerdo con el expediente formado por la PGR. Lo acusan de secuestro, homicidio, amenazas y delincuencia organizada.

Pero el principal foco en la averiguación de la PGR es Mazari —conocido también como El Ocho de Sonorita y El Señor de los Caballos— donde se relatan secuestros, mutilaciones de víctimas y desapariciones.

La persecución

La investigación de la PGR considera la declaración de un ganadero que describe la pobreza que vivió la familia de Santiago Mazari. “Cuando comenzó a crecer se fue para Sinaloa y empezó a traer [a Amacuzac] camionetas nuevas, caballos finos, y de ahí se quedó a vivir de nuevo en San Gabriel Las Palmas, donde antes era muy tranquilo, pero después de que Santiago regresó al pueblo comenzó a haber muchos secuestros y extorsiones, y se le empezó a ver que andaba armado y con mucha gente”.

Mazari se involucró con el clan de los Beltrán Leyva hasta que se quedó como jefe de la plaza Morelos.

El testigo narró que El Carrete compró un terreno donde tiene caballos, pero sólo es para cubrir sus verdaderas actividades de secuestro y narcotráfico, para lo cual cuenta con hasta 300 personas a su servicio. Unas las tiene a la entrada del pueblo y otras son las que le ayudan a los secuestros, dijo el testigo.

Santiago Mazari fue detenido en 2008, pero liberado a principios de 2009. Un reporte de la PGR fechado en noviembre de 2016 da cuenta de la averiguación previa AP/PGR/MOR/UMAN/583/2008, donde El Carrete fue procesado por delitos contra la salud, de acuerdo con la denuncia realizada por el Ejército el 16 de septiembre de 2008.

“Se observa que la persona antes citada no resultó ser farmacodependiente al consumo de ningún tipo de estupefaciente o sicotrópico, por lo que se determinó en ejercitar acción penal en su contra por el delito contra la salud en la modalidad de posesión del estupefaciente denominado marihuana con fines de comercio en su variante de venta”, señala el expediente sobre El Carrete.

En febrero de 2009, en la causa penal 86/2008, se resolvió que Santiago Mazari fue encontrado penalmente responsable y se le impusieron cinco años de prisión y 100 días de multa. Sin embargo, obtuvo su libertad poco tiempo después.

Al siguiente año, en 2010, participó en una cabalgata que organizó su tío Alfonso Miranda, entonces edil de Amacuzac. Según testigos, en ella también estuvo el entonces gobernador del PAN, Marco Adame Castillo, actual vicepresidente de la Cámara de Diputados.

Con la llegada de Graco Ramírez al gobierno del estado, El Carrete libró una batalla con el ex comisionado estatal de Seguridad, Alberto Capella Ibarra, quien afirmó que durante su estancia mermó a 95% la estructura de Santiago Mazari, pero nunca logró capturarlo. El pasado mes de agosto fue detenido Alexis Oswaldo “N”, identificado como presunto hijo de Mazari, y declaró que su padre tenía dos años que había huido de Morelos por la persecución en su contra.

Sin embargo, el 9 de noviembre pasado la voz de El Carrete sacudió a las autoridades, porque a través de un mensaje subido a las redes sociales anunció su regreso a Morelos.

La voz fue cotejada ministerialmente junto con otro mensaje que colgó en internet en mayo pasado cuando denunció traiciones de sus primos. En ambos casos confirmaron la autenticidad de su voz.

En su mensaje el líder del Cártel de Los Rojos pide a los morelenses no dejarse extorsionar por sujetos que usan su nombre. “Si necesito hablar con alguien, yo los estoy mandando traer a todos los comerciantes, empresarios, para hablar con ellos y me hagan el favor de acabar con quienes andan secuestrando, pidiendo piso, robando casa-habitación, carros; ando limpiando el estado desde diciembre para acá”, afirma.

Huida y crueldad

Septiembre de 2009. Un convoy del Ejército penetra la comunidad de San Gabriel Las Palmas, en Amacuzac, sur del estado, para detener al líder del Cártel de Los Rojos.

Los soldados se dirigen hacia la casa de Mazari Hernández, pero sus halcones le avisan a tiempo y corre hacia la colonia El Progreso, contigua a San Gabriel, donde se introduce de manera violenta en una casa. En ese lugar se cambia de ropa, deja unas alhajas dentro de un sombrero y libra del operativo militar.

El suceso quedó registrado en la averiguación previa Pl01/569/2012, iniciada en julio de 2012 en la Procuraduría de Justicia estatal, porque la hija de la dueña de la casa donde se refugió El Carrete denunció la desaparición de su madre Flavia Domínguez Marice.

Otro episodio integrado en el expediente que formó la PGR para perseguir a Mazari Hernández se remonta a julio de 2013 cuando fue secuestrado el ganadero Óscar Felipe Moreno Silva camino a su rancho en San Gabriel Las Palmas. Su familia fue advertida por los secuestradores de no dar aviso a El Carrete ni solicitar su ayuda.

Al transcurrir 10 días del secuestro, los negociadores se comunicaron con la familia de la víctima para decirles que recibirían un paquete con un teléfono móvil para comunicarse con su familiar. El “paquete” era una bolsa de plástico colgada en un poste del crucero de Cuauchichinola, municipio de Mazatepec, con dedos del ganadero.

“Sabíamos que eran de él porque mi papá tiene una malformación en sus dedos, y pudimos ver que la sangre era muy fresca, y momentos más tarde recibimos otra llamada de los secuestradores y me dijeron que era lo que le podía pasar y que si no reuníamos el dinero que nos pedían la próxima vez nos mandaban la cabeza”, dijo la hija de la víctima, quien después confirmó que el autor fue Santiago Mazari y la sugerencia de no darle aviso sobre el plagio fue sólo un engaño de El Carrete y de su gente.

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