Al afirmar que el Instituto de Salud para el Bienestar está muerto a escasos años de vida como un elefante, el exsecretario de Hacienda, Carlos Urzúa, advirtió que urge una reforma fiscal para poder tener servicios de salud y educación públicos de buena calidad y eficientes.

“Voy a hablar acerca de un elefante que se llamaba Insabi y que ya murió, que nació a principios de 2020 y hace unos días ya murió, ya fue extinguido; estamos hablando de tres años y cuatro meses de vida de un elefante”, dijo al participar en el primer coloquio Internacional La Humanidad Amenazada ¿Quién se hace cargo del futuro?

Sin embargo, subrayó que ya desde hace un año se hablaba de la alternativa que de tener un sistema de salud en donde el ariete fuera el IMSS y no el Insabi.

Recordó que en 2004 el Seguro Popular tenía la gran ventaja de que los servicios de salud los proporcionaban los sistemas estatales en cada entidad federativa y el gobierno federal regulaba.

En su opinión, no era una mala idea esa universalidad porque muchos mexicanos no tienen acceso a los servicios de salud, pero en este gobierno se decidió hacer un cambio radical para crear el Insabi con el fin de centralizar otra vez la compra de medicinas y el pago de la nómina, en especial.

Pero ahora ya se inclinó por el IMSS que provee servicios de salud a los derechohabientes, pero eso es insuficiente, y se creó IMSS- Bienestar pensando en las personas más pobres de México.

Urzúa Macías refirió que antes ya existía algo parecido con diferentes nombres como por ejemplo IMSS Coplamar, con José López Portillo; Solidaridad, con Carlos Salinas de Gortari; Prospera, de Ernesto Zedillo, y Oportunidades, con Vicente Fox.

Todos se enfocaban en las zonas más marginadas de México con clínicas de primer nivel y ahora con hospitales, pero no en todo el país porque el IMSS-Bienestar tiene presencia en 20 estados de la República, comentó.

Reconoció que si bien el Insabi no tenía la infraestructura necesaria ni la planeación como el IMSS, lo cierto es que este último carga con muchas presiones fiscales por toda la población derechohabiente que atiende más a los pensionados.

Ante ese panorama, Urzúa Macías afirmó que apremia una reforma fiscal, pues los recursos no alcanzarán con lo que actualmente se recauda de ingresos tributarios con respecto al tamaño de la economía.

“Una reforma fiscal es urgentísima, estoy de acuerdo; debemos pensar todos en hacer una reforma fiscal, ingeniosa, en donde pueda haber incluso impuestos estatales y municipales”, consideró el exsecretario.

Los recursos son insuficientes porque, precisó, “tenemos que destinar mucho para el servicio de la deuda cuando ya no contamos con tantos recursos petroleros”.

En tono de broma explicó que “después de la Virgen de Guadalupe tenemos que poner al lanchero Cantarell que fue el que descubrió uno de los grandes yacimientos [petrolero] en la historia del mundo y que nos dio para comer por un rato”.

Urzúa Macías participó en el conversatorio sobre desigualdad, financiamiento y políticas públicas junto con el economista emérito de la UNAM, Rolando Cordera, y la especialista en temas de salud, Arantxa Colchero.

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