Chilpancingo, Gro.— La jefa del Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, estuvo ayer en Guerrero para defender la iniciativa de reforma electoral, de la mano de la familia Salgado, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda; su padre, el senador Félix Salgado Macedonio; y la presidenta del DIF estatal, Liz Salgado Pineda.

Evelyn no tuvo actos oficiales como mandataria, dedicó el día a acompañar a Sheinbaum Pardo por Chilpancingo y Acapulco. Muchos de los integrantes del gabinete guerrerense siguieron los pasos de la gobernadora.

La gira comenzó en el puerto de Acapulco, donde se llevó a cabo el ciclo de conferencias La reforma electoral que, según el anuncio, fue organizada por el Comité Estatal de Morena, en un hotel de la costera Miguel Alemán.

En los dos eventos, el esquema fue el mismo. Primero, dos académicos de la Universidad Autónoma de Guerrero (Uagro) presentaron sus ponencias, después habló la gobernadora y concluyó Sheinbaum Pardo.

Después del evento en Acapulco, Sheinbaum Pardo, la gobernadora Salgado Pineda y su padre Félix Salgado Macedonio se trasladaron a Chilpancingo, donde tuvieron una reunión privada por más de dos horas, en un salón adjunto del hotel de mayor lujo de la capital guerrerense, en el que se llevó a cabo el acto por la reforma electoral.

A esa reunión ingresaron unos cuantos, entre ellos, diputados locales, alcaldes, el delegado de los programas sociales del gobierno federal, Iván Hernández; la magistrada del Tribunal Superior de Justicia del Estado y exalcaldesa de Acapulco, Adela Román Ocampo. así como el exrector de la Uagro, Javier Saldaña.

En Chilpancingo, el evento se realizó en un salón que comenzó a llenarse desde las 15:00 horas; 60 minutos más tarde ya estaba casi al tope: unas mil personas atiborraron el lugar, pese a que el gobierno de Salgado Pineda ordenó que el aforo en lugares cerrados tuviera un máximo de 80% de su capacidad, debido al aumento de casos de Covid-19.

Hasta adelante estaban muchos de los funcionarios del gobierno de Evelyn Salgado Pineda, directores, subsecretarios, secretarios. Hasta el jefe de la oficina de la gobernadora, Jesús Urióstegui, y el director general del Poder Ejecutivo, Rubén Hernández Fuentes estaban en primera fila.

Todos se tomaban fotografías y convivían alegres, como si en las calles de Guerrero todo estuviera resuelto.

A las 17:00 horas, entró Claudia Sheinbaum al salón, iba acompañada de la jefa del Ejecutivo estatal.

Un grito tímido de: “Presidenta, presidenta” se escuchó. No fue uniforme, tampoco se sostuvo. El clamor se ahogó.

El grito se repitió cuando presentaron a Sheinbaum Pardo y subió al presidium a hacer su defensa de la iniciativa de la reforma electoral que presentó el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.

Salgado Macedonio se levantó y comenzó a gritar el nombre de la jefa de Gobierno.

El discurso más largo fue el de Sheinbaum Pardo, quien defendió la iniciativa de reforma electoral. Dijo que el neoliberalismo se instaló en México gracias a los fraudes electorales.

Aseguró que el Instituto Nacional Electoral (INE) se ensañó con Salgado Macedonio al quitarle la candidatura a la gubernatura en la elección pasada.

Consideró que, en este momento, los organismos electorales no representan a los ciudadanos ni a la democracia y que con la iniciativa del presidente López Obrador se ahorrarían unos 24 mil millones de pesos.

Terminó su discurso y concluyó el evento. Otra vez se escuchó el tímido grito: “¡Presidenta, presidenta!”.

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