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El juicio contra Joaquín El Chapo Guzmán Loera quedó oficialmente pospuesto hasta septiembre de 2018, después de que el juez Brian Cogan aceptara la petición de la defensa del capo sinaloense de aplazarlo para tener el tiempo suficiente para prepara r el caso.

Viendo que la fiscalía no se oponía al aplazamiento, Cogan dictaminó en un breve párrafo que la fecha de inicio del juicio se posponga para finales de verano y que las partes deberán presentar su propuesta de día exacto en la próxima audiencia preparatoria, programada para el 15 de febrero.

El juicio estaba previsto para que iniciara el 16 de abril de este año, pero el abogado de El Chapo, Eduardo Balarezo, propuso el pasado 24 de diciembre un cambio en la fecha para “permitir que la defensa se prepare adecuadamente para el juicio y satisfacer el derecho a un abogado de la sexta enmienda”, de la Constitución de los Estados Unidos.

La decisión, tomada en exclusiva por el abogado, tiene como contrapartida que El Chapo esté todavía más meses en sus “condiciones actuales de confinamiento”: encerrado 23 horas al día en su celda, con solo una bicicleta estática para ejercitarse, con la única visita de sus abogados y, de forma muy esporádica —hasta el momento sólo en tres ocasiones desde que fue extraditado hace casi un año— de sus hijas gemelas.

Ese aislamiento, además, ha imposibilitado que El Chapo pueda hablar con sus familiares sobre cómo deben ser pagados los honorarios de la defensa, por lo que está “insuficientemente financiada” para “preparar de forma adecuada un juicio” que, hasta la decisión de este miércoles, estaba prevista para dentro de tres meses.

El tema de la financiación fue un elemento clave durante la contratación de letrados privados para su defensa, ya que todavía reside la duda de si los honorarios podrán ser decomisados por el tribunal si determina que son fondos provenientes del narcotráfico u otra actividad delictiva imputada al capo sinaloense.

Las condiciones, tal y como argumentó el abogado Balarezo, lo lógico sería que Guzmán Loera quisiera que el juicio se celebrara cuanto antes, pero el representante legal priorizó una buena defensa a la situación de El Chapo en su celda.

Será un reto saber en qué condiciones llega Guzmán a esa fecha. Según la defensa, su salud física y especialmente mental se está deteriorando por culpa de las condiciones a las que está sometido en la cárcel, y eso está afectando a la preparación del caso.

Balarezo aseguró que su cliente pierde la memoria, repite frases en exceso, incluso a veces tiene inicios de paranoia, lo que le hace imposible poder debatir las miles de páginas de evidencia con normalidad.

Si finalmente el juicio empieza en septiembre, iniciará 21 meses después de que El Chapo fuera extraditado a Estados Unidos, en los que ha estado encerrado en una cárcel de máxima seguridad de Nueva York. Entonces hará frente a los 17 cargos de los que se le acusó y de los que se declaró no culpable.

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