Tecámac, Méx.— La Base Militar Número Uno de Santa Lucía, donde se construye el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, se convirtió en la zona con más hallazgos paleontológicos del periodo pleistoceno tardío de América Latina.

A la fecha, se suman 129 sitios en los que se han descubierto restos de más de 70 mamuts columbi, camellos, caballos americanos, bisontes, antílopes, así como aves y peces con una antigüedad aproximada de entre 25 mil y 10 mil años, los cuales rescata la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) con ayuda del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Hay 31 arqueólogos del instituto y 218 ayudantes —contratados por el Ejército— que realizan labores de recuperación y restauración del material, que será expuesto en un museo que se construirá ahí mismo.

“Debido a la concentración, ya [sabemos] que en este sitio [la Base Militar de Santa Lucía] es donde hay más hallazgos paleontológicos del pleistoceno en América Latina. Es decir, es el más representativo por concentración”, asegura el jefe de la Mesa de Rescate Arqueológico y Paleontológico del proyecto del nuevo aeropuerto, el ingeniero militar José de Jesús Cantoral Herrera.

Durante un recorrido por el área, el capitán primero del Ejército explica que en el Frente 10 de la obra de la Terminal de Combustibles se encontraron restos de mamut con la característica de que el material óseo está disperso, lo que significa que los ejemplares podrían haber quedado postrados y otros, fuera de posición anatómica.

“En este sitio hay un contexto disperso, ya que diferentes factores pudieron haber contribuido a que se [acomodara] el material de esta manera, como que los depredadores hayan desmembrado a los animales o la participación de carroñeros”, comenta.

Indica que la “mayor parte de los ejemplares se ha concentrado en la [zona] norte. También tenemos una dispersión de hallazgos en el interior de la base militar, pero es en menor concentración que los otros”.

Cantoral Herrera detalla que al momento se tienen 11 excavaciones activas, y en una de éstas, en la que corresponde al camino perimetral de la terminal, se recuperaron grandes concentraciones de huesos.

Acompañado del responsable de los trabajos de salvamento arqueológico en la obra, el experto del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Rubén Manzanilla López, el ingeniero constructor señala que actualmente se cuenta con “un equipo de arqueólogos supervisores que están acompañando la maquinaria en todo momento. Cuando se detecta la presencia del material óseo en los perfiles, se hace una restricción del área, se inicia el proceso de excavación, entra el equipo y se realiza la limpieza y consolidación de los materiales en sitio, al mismo tiempo que se hace un registro detallado”.

Agrega que se tienen todavía 61 zonas de excavación pendientes por explorar, principalmente en donde no se hicieron trabajos de construcción, sino que fueron excavaciones que se realizaron para aprovechar los materiales pétreos.

El especialista y responsable de los trabajos de salvamento arqueológico en la obra, Rubén Manzanilla López, explica que en la zona de Santa Lucía se asentó lo que fue el lago de Xaltocan, que atrajo a muchos animales en diversos periodos.

“Al final de la era de hielo, de las glaciaciones, esta área tuvo un retraimiento de los cuerpos de hielo hacía unos 25 mil años antes del presente. Eso provocó que volvieran a crecer pastos, vegetación”, puntualiza.

La disponibilidad de agua dulce, refiere, “atrajo a muchos animales de esa época, como el mamut, tanto herbívoros como sus depredadores carnívoros, por eso es que se han encontrado varios individuos.

“La versión más común indica que, como el fondo del lago es de tipo arcilloso, muy lodoso, y estos animales [los mamuts] tenían un peso muy importante de varias toneladas, se quedaban empantanados, como atorados, entonces esto provocó que fueran víctimas de carroñeros”, precisa.

Asimismo, asegura que “se han encontrado evidencias claras de un aprovechamiento por parte de los cazadores de esta especie de animales. Vamos a tardar un poco para saber si hay huellas o marcas de instrumentos en algunos huesos que nos permitan afirmar que había este tipo de aprovechamiento por cacería o por carroñeros”.

En ese sentido, Manzanilla López revela que el científico Luis Córdoba Barradas encontró una serie de trampas en el municipio de Tultepec, lo que podría confirmar que los cazadores se organizaban para atrapar mamuts y hacer uso de su carne.

“Tenemos un proyecto de estudios paleontológicos de la colección que se va obteniendo, y en breve vamos a contar con especialistas grafólogos que participarán con nosotros, con los mejores paleontólogos del país y con expertos como Joaquín Arroyo y Eduardo Corona.

“Ellos nos van a ayudar mucho en la identificación de los restos y a conocer condiciones de salud, edades, sexos de los hallazgos que estamos recuperando”, celebra.

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