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Los gobiernos de España y México acordaron un relanzamiento de sus relaciones bilaterales (comerciales, políticas y culturales) en el que planean mayor inversión entre ambas naciones.

El presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, realizó ayer la primera visita oficial a México en la administración de Andrés Manuel López Obrador.

Tras un encuentro privado de menos de dos horas en Palacio Nacional, los presidentes firmaron un documento en el que acordaron un conjunto de acciones para renovar los estrechos lazos políticos, económicos y sociales entre México y España, y colaborar ante los grandes retos regionales y globales.

En conferencia de prensa en el Salón Tesorería de Palacio Nacional, el presidente López Obrador subrayó que las empresas españolas tienen las puertas abiertas de México, toda vez que la inversión de España en nuestro país es la segunda inversión extranjera en importancia, después de la estadounidense.

“Es muy buena la relación económica, las empresas españolas van a ser respetadas y se va a impulsar la participación de la inversión de esa nación en México”, garantizó.

Sin embargo, lanzó una advertencia a las empresas extranjeras que están instaladas en México: “Queremos que en las relaciones de las empresas extranjeras en México haya un comportamiento ético. No queremos que las esas compañías actúen violando las leyes o propiciando, aceptando o participando en actos de corrupción, de soborno”.

Tras intercambiar cortesías, el dignatario español afirmó que actualmente son más de 6 mil empresas españolas que tienen una base de operaciones en México. Además, sostuvo que su país luchará porque México continúe como socio estratégico de la Unión Europea.

Sánchez Pérez-Castejón felicitó a López Obrador por la victoria de su movimiento progresista en las elecciones de julio del año pasado y anunció que el gobierno de España se sumará al plan de desarrollo integral del gobierno en Centroamérica (El Salvador, Guatemala y Honduras), en favor del bienestar y la integración social de la región.

En materia cultural, el gobierno de México establecerá una Comisión Organizadora de los eventos conmemorativos por los 80 años del exilio español, que será encabezada por el fundador del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, y que contará con el apoyo del gobierno de España. Asimismo, coordinarán acciones culturales y educativas a través de un nuevo Instituto Cervantes en Los Ángeles, California, Estados Unidos.

Tras la rueda de prensa, el presidente Pedro Sánchez Pérez-Castejón abordó el Jetta blanco que utiliza el presidente Andrés Manuel López Obrador para, ambos, dirigirse a una comida en el Antiguo Colegio de San Ildefonso.

En la comida, a la que asistieron el gabinete y empresarios, que ofreció el gobierno mexicano a la delegación española, Sánchez Pérez-Castejón reveló que le dio como regalo al mandatario mexicano el acta de nacimiento de su abuelo, José Obrador, quien nació en la localidad española de Cantabria en 1893.

Acompañado por su esposa Beatriz Gutiérrez, integrantes de su gabinete y empresarios de ambos países, el titular del Ejecutivo mexicano destacó las hay coincidencias entre ambos gobiernos que representan una orientación progresista.

Al dar la bienvenida, el canciller Marcelo Ebrard externó la “emoción” de tener como primera visita de Estado al presidente de España.

Por parte de México, asistieron a la reunión privada Ebrard Casaubon, secretario de Relaciones Exteriores; Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, y Carlos Urzúa Macías, secretario de Hacienda y Crédito Público.

De la delegación española estuvieron presentes Juan López-Dóriga Pérez, embajador en México; Juan Pablo de Laiglesia, secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe; y José Manuel Albares, secretario General de Asuntos Internacionales, Unión Europea, G20 y Seguridad Global.

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