De lo primero que hizo Andrés Manuel López Obrador como Presidente de la República fue firmar su iniciativa de reforma constitucional en materia de fuero, y se dijo que se quitaba el blindaje de impunidad como parte de su guerra contra la corrupción.

Pero su intención topó con eso que hoy se conoce como Bloque de Contención en el Senado, un agrupamiento del PAN, PRI, MC y PRD que juntan los votos necesarios para decirle: “No”.

Fue hasta ayer cuando por fin se logró un acuerdo, luego de dos años, dos iniciativas, tres dictámenes de los senadores, pero la reforma salió como la quiso, con las palabras y las comas que se pusieron en el proyecto que se firmó en el despacho presidencial de Palacio Nacional el 4 de septiembre.

Hombres necios, diría Sor Juana. En Palacio Nacional, con la decisión de que sólo se involucrara al Presidente en el retiro del fuero, como en todo momento han llamado a los cambios en materia de inmunidad procesal con que se protege al Ejecutivo federal.

El Senado también tiene a sus necios y necias, a quienes nadie los hizo desistir en sus apreciaciones: no se trata de quitar el fuero, ese se queda. Lo que se incluye es que la figura presidencial puede ser imputada y llevada ante un juez por todo delito, previo juicio político en la Cámara Alta, donde la mayoría le es leal.

El presidente del Senado, Eduardo Ramírez Aguilar (Morena) abre la discusión, pero la formación de oradores a favor y en contra no están o declinan ir a tribuna. Sucede que los líderes han llegado al acuerdo de votar no una reforma, sino dos, una que toca la figura presidencial y otra en la que se pueda llevar a juicio a diputados y senadores por cualquier delito.

“Eso es ingenuo” por parte de la oposición que lo acepte, dice el panista Damián Zepeda, quien reta y afirma que dejará su escaño si en este Senado se llama a juicio político al jefe de la Cuarta Transformación que en el Congreso le respeta hasta las comas de sus iniciativas.

El mago de los acuerdos políticos, Ricardo Monreal, da cuenta de la salida que se seguirá para responder a lo que pide Palacio Nacional y a la exigencia del Bloque de Contención del PAN, PRI, MC y PRD, de no quedar fuera de los cambios.

El PRI se replegó en el debate, dado que los coordinadores habían tomado la salida que sugirió Miguel Ángel Osorio Chong, de votar el decreto para el Presidente y un dictamen para los legisladores federales, y que todos puedan ser imputados.

Los oradores de la mayoría que lidera Monreal aseguran que la reforma es básica y le vuelven a atizar a los sexenios de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto.

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