El impacto de la operación de las organizaciones criminales en Guerrero llega hasta las mesas de la población.

La extorsión se ha expandido por casi todo el estado. Se extorsiona tanto a comercios pequeños como a empresas grandes, pero también por servicios y hasta por actos religiosos. En casi todas las regiones, dicen expertos, las organizaciones criminales imponen un impuesto extra a casi todos los productos.

Existen casos en los que no sólo cobran la extorsión sino que imponen precios y hasta controlan la distribución de productos.

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En ningún momento es por la buena; la amenaza y el hostigamiento son el método y para los que se nieguen viene la violencia extrema: ataques y asesinatos, lo que ha provocado el cierre y el desplazamiento de cientos de comerciantes y empresarios.

La extorsión se registra en las ciudades más grandes, pero también en los municipios más pequeños. En Acapulco, playas completas han quedado vacías tras ataques y homicidios contra prestadores de servicios que se negaron a pagar la cuota.

Gran parte del control repercute en los productos de la canasta básica. Acaparan la carne, tortillas, pan, pollo, agua en garrafón, refresco, cerveza, fruta y verdura. Las bandas criminales imponen los precios y la distribución.

La extorsión en Zihuatanejo no discrimina a ningún comercio. Han sido atacadas tortillerías, casas de materiales de construcción, transportistas, prestadores de servicios turísticos, operadores de máquinas y tiendas Oxxo.

La amenaza es la misma en casi todos los casos: pagan o los atacan y así ha ocurrido contra tortillerías, transportistas y tiendas de conveniencia.

Abel Barrera Hernández, director del Centro de Defensa de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan, considera que la inacción de las autoridades ha dejado en manos de los criminales parte de la economía y del comercio en Guerrero.

“Es un claro indicador funesto de socavamiento de las instituciones, porque parece que de plano ya dejaron en manos de los delincuentes el comercio”, dice.

Considera que “hay un juego sucio porque los beneficios de la extorsión son como la reserva para los procesos electorales”.

—¿Permitir la extorsión es pago a favores electorales?, se preguntó.

—Exacto, pero al mismo tiempo sirve como una vía de refinanciamiento a través de la economía criminal.

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