Por tierra y mar, en puertos marítimos y aeropuertos, México y Estados Unidos combatirán el tráfico de armas, drogas y las estructuras financieras de las organizaciones criminales transnacionales.

Así lo acordaron ayer los secretarios de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon; de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño; Gobernación, Olga Sánchez Cordero; Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval; Marina, José Ojeda Durán, y el fiscal de Estados Unidos, William Barr, quien visitó ayer la Ciudad de México.

En la reunión de seguimiento a la visita del fiscal estadounidense realizada en diciembre de 2019, se estableció que los dos países trabajarán bajo un programa común binacional para reducir dichas problemáticas, que afectan a ambos, informaron las secretarías de Seguridad y Relaciones Exteriores mediante un comunicado conjunto.

“Se acordó un programa común binacional para reducir el tráfico de armas, drogas y recursos financieros de las redes de delincuencia transnacional, en tierra, mar, puertos y aeropuertos, entendiendo al crimen organizado como entes económicos cuyas finanzas deben ser atacadas”, indica el documento.

En lo referente al tráfico de armas, precisaron las dependencias, se abordaron los avances de la “implementación de operativos empleando medios tecnológicos no intrusivos en puntos clave de la frontera para detener el trasiego de municiones y armamento” a México.

En diciembre del año pasado, México y Estados Unidos pusieron en marcha la primera etapa del operativo Frozen, con la instalación de puntos de verificación en ambos lados de las frontera.

Del lado mexicano, personal del Servicio de Administración Tributaria (SAT) y de la Administración General de Aduanas, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, está desplegado en cinco puntos estratégicos del país: Tijuana, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Reynosa y Matamoros.

En tanto, el gobierno de Estados Unidos estableció filtros de inspección en San Diego, El Paso, Laredo, McAllen y Brownsville para frenar el flujo de armamento, que en la mayoría de los casos va a parar a los grupos del crimen organizado.

La SSPC y la Cancillería afirmaron que, de igual manera, se abordó la cooperación binacional en materia de reducción del consumo de drogas y combate a las adicciones, y además acordaron tratar al fentanilo como un problema común.

De acuerdo con las dependencias, en el encuentro participaron los secretarios de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño; de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubon; Gobernación, Olga Sánchez Cordero; Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval; Marina, José Ojeda Durán; el consejero jurídico de la Presidencia de la República, Julio Scherer Ibarra; el subsecretario de Seguridad Pública, Ricardo Mejía Berdeja; el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto Castillo; el jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, Homero Mendoza Ruiz; el jefe del Estado Mayor de la Armada, Rosendo Escalante Ilizaliturri; el procurador Fiscal de la Federación, Carlos Romero Aranda, y el secretario General del Centro Nacional de Inteligencia, Francisco Acuña Méndez.

La delegación de Estados Unidos fue encabezada por el fiscal general, William Barr, y fue compañado por el embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau; el subprocurador general asistente, Bruce Swartz; el ministro consejero de la embajada, John Creamer; el coordinador de asesores del fiscal general, Brian Rabbitt, y el agregado jurídico de la embajada, John Capinen.

En este marco, los funcionarios mexicanos refrendaron el compromiso del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador con el diálogo y la cooperación para enfrentar de manera conjunta problemas complejos que, por su carácter transnacional, sólo pueden ser resueltos de manera conjunta.

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