En el mundo globalizado que se vive en la actualidad, lo que ocurre en un lugar afecta lo que sucede en otro extremo del planeta, a niveles político, económico, humano, por eso es necesario voltear a mirar cada rincón del mundo, consideró José Levy, corresponsal en jefe en Medio Oriente de la cadena CNN en Español.

Es un biólogo dedicado al periodismo y con 30 años de cubrir conflictos bélicos que se dan en Medio Oriente para la cadena estadounidense CNN en Español.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Levy tiene en su haber una anécdota que le permite exponer que en el mundo, hombres y mujeres son iguales, todos hermanados.

Cuando cubrió la muerte del papa Juan Pablo II, una de las personas que siguió su cobertura fue el cardenal Jorge Mario Bergoglio (hoy papa Francisco), quien al final de la cobertura le mandó a expresar la emoción que le generó el relato.

Levy, un judío nacido en España, se fue a Israel para seguir sus estudios en el área de Biología; sin embargo, terminó en el periodismo.

¿Qué hace un biólogo y además doctor en Inmunología en el periodismo?

—Cuando era joven, mi gran ansia era intentar ayudar a solucionar esa lacra que sigue amenazando que se llama cáncer, entonces comencé a estudiar Biología y Medicina en Barcelona. Tener una posibilidad real de ser investigador a fondo del tema de cáncer era muy difícil, entonces lo que me dijeron fue: ‘¿Por qué no intentas conseguir una beca en Israel?’. Al ser judío, hice la petición y en la Universidad Hebrea de Jerusalén me contestaron positivamente. Se me ocurrió de pronto que para ganar un poquito más de dinero [podría] escribir para algún medio de comunicación español.

La revista Tiempo contestó positivamente y eso cambió mi vida. Ya son 30 años en CNN en Español, me costó mucho terminar mi tesis doctoral para resumir mis 10 años de laboratorio; lo hice, pero ya completamente me dediqué al periodismo.

¿Cuál ha sido su experiencia al trabajar en Medio Oriente?

—Realmente ha sido muy enriquecedor por el hecho de poder cubrir un conflicto, primero el israelí-palestino, que sigue sin solucionarse. Luego, también fenómenos como ISIS, Al Qaeda, todos estos son fenómenos centrales que yo he seguido de cerca. Luego todo lo que está relacionado con la Primavera Árabe, aparte, más allá de la primera y segunda guerras del Golfo, hay muchísimos temas interesantes que surgen de esa zona, de ese hervidero muchas veces de conflicto, de ese lugar donde la religión pasa a tener un papel central o ha pasado a tenerlo y que muchas veces ha sido negativo, este es el tema central.

Junto a esto he podido estar en eventos centrales de la historia desde la caída del Muro de Berlín, el fin de la Unión Soviética o todo lo que puede estar relacionado con el Vaticano, Benedicto XVI y ahora el papa Francisco.

¿En algún momento pensó en dejar el periodismo extremo?

—La verdad, inclusive más que los peligros físicos, lo que más ha afectado mi vida ha sido el tema de no ser dueño de mi tiempo.

¿Cómo ha vivido la transición del periodismo?

—Yo ya pude vivir un cambio muy importante, simbolizado precisamente por CNN con la caída del Muro de Berlín, cuando todavía ese concepto de CNN de informar todo el tiempo de todo el mundo no se pensaba que pudiera cuajar.

Ahora está una segunda revolución, que es la de las redes sociales, que nos están exponiendo a un nuevo tipo de capacidad informativa, entonces vemos que hay mayor inmediatez. Pero por un lado está el tema de las fake news, que vemos cómo todos estos medios posibilitan manipular, intentar transmitir distintas ideologías de diversas formas y entonces todo esto es algo de lo que hay que ser muy consciente: que uno puede ser un instrumento de intereses que no necesariamente nosotros conocemos.

¿Percibe crisis en el medio periodístico actual?

—En el momento en que existen estas alternativas esto hace que quizá ya no sea tan necesario como antes el tener acceso, el estar informado con los medios tradicionales. Pienso que conforme pasa el tiempo y la gente entienda que las redes sociales tienen sus ventajas, pero también sus limitaciones, hará que el periodismo tradicional vuelva a tener un protagonismo.

¿Por qué México debe voltear a mirar Medio Oriente?

—Porque vivimos en un mundo globalizado, en un mundo en donde lo que ocurre en un lugar afecta lo que sucede en el otro extremo del planeta, a nivel político, a nivel humano, todo esto hace que realmente lo que es noticia internacional en muchos aspectos pueda ser local.

¿Su mejor anécdota?

—El poder estar tanto tiempo cubriendo cosas en el Vaticano y hacerlo como judío, eso es importante. Está esta anécdota, que yo considero la central de mi vida periodística, cuando yo informé del fallecimiento de Juan Pablo II, una de las personas que estaba siguiendo esa cobertura era el cardenal Jorge Mario Bergoglio y él tuvo la deferencia de enviar a su vocero de entonces, al padre Guillermo Marco, para agradecerme la cobertura de un momento central de su propia vida y decir: “Transmítele al señor Levy que me emocioné con él, me emocionó saber, o sea por un lado su manera de transmitir ese momento y luego saber que siendo judío podía transmitir esas emociones”.

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