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Al momento del fallido operativo contra Ovidio Guzmán López había disponibles 9 mil 160 elementos del Ejército, Marina Armada y de la Guardia Nacional para contrarrestar el despliegue operativo del Cártel de Sinaloa, en Culiacán, para rescatar al hijo de Joaquín El Chapo Guzmán.

De acuerdo con datos oficiales, las Fuerzas Armadas mantienen un estado de fuerza permanente en la entidad de 7 mil 372 efectivos, de los cuales 498 son marinos, a los que se sumaron recientemente mil 788 integrantes de la Guardia Nacional, para reforzar la seguridad en ese territorio con histórica presencia de la delincuencia organizada.

Con ese estado de fuerza disponible, los presuntos integrantes del Cártel de Sinaloa “obligaron” al gabinete de seguridad federal a ceder, en menos de cinco horas, sitiando el fraccionamiento Tres Ríos, donde se encontraba Guzmán López; además, realizando bloqueos en las principales entradas y salidas de la capital sinaloense, incluyendo la quema de vehículos.

El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo Montaño, comentó que al verse rodeadas las fuerzas federales por un grupo mayor, se calculó en más de 200 los presuntos sicarios que llegaron a Culiacán, por lo que el gabinete de seguridad decidió suspender el operativo de captura contra Ovidio Guzmán, El Ratón o Ratón Nuevo.

“Al verse rodeados por una fuerza mayor y todo el despliegue de agresión civil contra la población civil, incluyendo el hecho de no haber recibido oportunamente la orden de cateo, se ordenó al personal abandonar el inmueble”, señaló en conferencia de prensa ofrecida el viernes pasado.

Durazo Montaño aseguró que la suspensión del operativo no involucró ninguna negociación con el Cártel de Sinaloa, “ni en este caso ni en ningún otro el gobierno, lo ha reiterado, está dispuesto a negociar con integrantes de organizaciones criminales”.

A su vez, el secretario de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Cresencio Sandoval González, afirmó que no se planeó la concentración de efectivos ante una reacción como la que tuvieron el jueves los presuntos integrantes del Cártel de Sinaloa.

“Si esto lo hubiéramos planeado de otra manera, hubiéramos concentrado, quizás, más fuerzas tanto para cubrir la parte aérea como la parte de entradas de otra manera”, afirmó.

La noche del viernes arribaron a la ciudad de Culiacán 230 elementos del Cuerpo de Fuerzas Especiales del Ejército, para sumarse a las labores de vigilancia en la capital de Sinaloa, principalmente la zona centro, los fraccionamientos Tres Ríos, Chapultepec y las Quintas, donde se concentraron los enfrentamientos, bloqueos y quema de vehículos.

El mismo jueves también fueron desplegados a dicha ciudad personal de Fuerzas Especiales de la extinta Policía Federal.

La Sedena presumió que los efectivos son militares de élite del Ejército mexicano, que cuentan con adiestramiento y armamento especializado y que “responden oportunamente a las operaciones particulares que ameritan su presencia en donde el pueblo de México lo solicite”.

La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) dividió a Sinaloa en tres coordinaciones regionales para el despliegue de la Guardia Nacional, que arrancó en junio de este año en 150 regiones en las 32 entidades del país.

La coordinación uno está por los municipios de Salvador Alvarado, Navolato y Culiacán; la dos en Ahome, Guasave y El Fuerte, y la tres en Mazatlán, donde se tienen previstos 450 guardias para cada coordinación. Sin embargo, estados como Hidalgo (2 mil 135) y Puebla (2 mil 915) tienen desplegados más efectivos que Sinaloa, a pesar de que éstos no son sede de ningún cártel y no tienen la misma problemática que Sinaloa.

Guanajuato, Baja California, Estado de México, Jalisco y Chihuahua concentran 41.5% de las muertes violentas que suceden a nivel nacional; no obstante, sólo concentran en conjunto 26.41% de la Guardia Nacional.

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