Este año electoral representa una oportunidad crucial para trazar nuevas sendas y abordar la dolorosa problemática de la violencia. La sociedad, permeada por el miedo debido al creciente control territorial de los grupos delincuenciales y las innumerables víctimas que deja a su paso, nos impulsa como Iglesia y defensores de la paz a no quedarnos inmóviles. Aunque somos conscientes que los resultados no serán inmediatos, estamos comprometidos a desarrollar propuestas concretas que pretenden incidir en políticas públicas para reconstruir el tejido social.

En este contexto, y como continuación del Diálogo Nacional por la Paz de 2023, este 7 de febrero inauguramos la segunda etapa destinada a la construcción de paz con justicia en México. Durante la primera fase del Diálogo, se analizó el fracaso de más de 18 años de la estrategia de seguridad, abordando temas como la realidad familiar, la juventud, la inseguridad y la impunidad, y dando lugar a la creación de redes ciudadanas en todo el territorio mexicano.

En esta segunda etapa, impulsaremos la implementación de acciones a nivel local, estatal y nacional. Proponemos revisar el desempeño de las instituciones de seguridad y justicia mediante el fortalecimiento de las capacidades de investigación de las fiscalías y las policías municipales. Asimismo, buscamos construir estrategias de seguridad a nivel local, promoviendo fuerzas coordinadas y la participación ciudadana. Además, nos comprometemos a emprender procesos de salud mental en familias y comunidades, abordando las secuelas de la violencia y fomentando la organización comunitaria. Explico los tres niveles de incidencia.

En el ámbito local, se diseñaron los Conversatorios para la Acción por la Paz, se trata de catorce espacios de diálogo donde se conversan temas surgidos del Diálogo Nacional por la Paz y se define una acción concreta para atender esta realidad. Este proceso se implementará a través de las iglesias del país.

En el ámbito estatal, se promoverán los Foros Hacia una Agenda Local de Paz, que consiste en conocer la Agenda Nacional de Paz y elaborar una ruta para fortalecer la Red Estatal de Paz, consolidar alianzas y el sentido de pertenencia a este movimiento, y tener un plan de trabajo para impulsar condiciones que permitan mejorar el tejido social, el sistema de justicia y la seguridad en el Estado.

En el ámbito nacional, se están preparando Estrategias de Políticas Públicas de Paz a través de comisiones técnicas integradas por especialistas en siete temas: tejido social, seguridad, justicia, cárceles, jóvenes en riesgo, gobernanza y articulación territorial. Estas estrategias generarán recomendaciones técnicas a las y los candidatos presidenciales, gobernadores y presidentes municipales.

Este movimiento, denominado Diálogo por la Paz, surge como respuesta a los asesinatos del 20 de junio de 2022, de los jesuitas Javier y Joaquín en la Sierra Tarahumara. Desde entonces, toma impulso desde la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, la Conferencia del Episcopado Mexicano y la Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos y Religiosas de México, en colaboración con la Dimensión Episcopal para los Laicos.

Estoy firmemente convencido de que solo a través de comunidades organizadas, instituciones fortalecidas y espacios de coordinación interinstitucional podemos poner fin a la violencia que enfrentamos en la actualidad. En aras del bienestar de las futuras generaciones y en por las víctimas de nuestro país, tomemos medidas decididas para construir la paz.

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