Acorde con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), los subtipos de influenza más frecuentes son el A (H1N1) y A (H3N2), ambos pertenecen al grupo de influenza A que, a su vez, forma parte de la familia Orthomixoviridae.

La influenza A (H1N1) -antes de la epidemia de 2009 se llamaba influenza A porcina H1N1, virus que provocó una pandemia en 1918 que cobró, al menos, 40 millones de vidas- es, según el IMSS, “una enfermedad respiratoria febril aguda, altamente contagiosa, de elevada morbilidad y que puede producir complicaciones letales”.

Por otro lado, de acuerdo con información de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y la Organización Mundial de la Salud, la influenza A (H3N2) -también conocida como “gripe de Hong Kong”- es una cepa de influenza estacional a la que se atribuye la pandemia de 1968 (la tercera del siglo XX) que causó la muerte de 1 millón de personas.

Ambos virus afectan principalmente a los cerdos, sin embargo, a menudo pueden mutar y transmitir la infección a los seres humanos. Una vez concretada dicha transmisión, el contagio entre personas ocurre de manera rápida.

“Se transmite fácilmente de persona a persona al hablar, por estornudos o tosiduras y puede ser confundida con el cuadro de catarro común, el cual es causado por virus de otras familias”, señala el IMSS.

Los síntomas que presenta un individuo al contraer alguna de estas variedades patógenas son: fiebre mayor a 38.5°C, dolor de cabeza, musculares y articulares intensos, molestias faríngeas; además de náuseas, vómito y diarrea.

De no atenderse de forma adecuada, cualquiera de estos subtipos de influenza pueden provocar la muerte de las personas infectadas.

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