Washington.— Los líderes de los países conocidos como Los tres amigos —México, y Canadá— se sentaron en la misma mesa. Sin protagonismos, con un trato entre iguales, pero también con sus diferencias, y con la preocupación de relanzar a América del Norte.

Al iniciar el atardecer, en el Salón del Ala Este de la Casa Blanca, frente a una mesa de 10 metros para mantener las distancias obligadas por el Covid-19, los presidentes y Joe Biden y el primer ministro Justin Trudeau iniciaron el diálogo entre las tres naciones.

“Gracias, presidente Biden, por organizar esta primera cumbre después de 2016, cuando yo recibí a los líderes en Ottawa. Y es un placer estar aquí rodeado de amigos y aquí con el presidente López Obrador”, dijo Trudeau.

Biden tenía de frente a su derecha a López Obrador y en su lado izquierdo al primer ministro canadiense.

Unos pasos atrás, cada jefe de Estado tenía a su delegación; en el caso de la mexicana, encabezada por el canciller Marcelo Ebrard, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O; la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier, y el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell, todos con cubrebocas con la Bandera Nacional; una fila atrás, el embajador Esteban Moctezuma y el comisionado de Migración, Francisco Garduño.

Horas antes, López Obrador se reunió con Biden en el Salón Oval. A diferencia del mandatario estadounidense, quien cruzó la pierna y se veía cómodo en las sillas color beige, al mandatario mexicano se le notaba incómodo, aferrado a la esquina de su silla. El mensaje inicial del político demócrata tomó casi cuatro minutos y medio, con pausas para la traducción.

El mandatario mexicano, en cambio, se explayó. Casi nueve minutos de alocución que puso en aprietos a la traductora, pues no hizo ninguna pausa para dejarla traducir. “A ver si puedes”, le dijo López Obrador, un amante de la historia que resaltó la relación de amistad entre México y EU, de Juárez y Lincoln, de Cárdenas y Roosevelt. Y sí pudo. Las diferencias existen, pero “los tres amigos” se ciñeron al guión: trabajar juntos para reforzar lazos, trazar rutas y lograr que América del Norte recupere el paso.

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