Antes del 2014 la participación de las mujeres en la toma de decisiones en altos niveles de gobierno era muy reducida. Si bien se había avanzado en la presencia de mujeres en las cámaras de diputados y senadores por la llamada cuota que pasó del 30 al 40% pero la llegada de Mujeres a dirigir o encabezar una presidencia municipal era muy limitada de un 7%. Lo más alto que se había logrado.

En cuanto a gobernadoras teníamos un grupo extremadamente reducido que podía ser contados con los dedos de una mano. Los partidos políticos alegaba que las mujeres no eran competitivas y que no votaba la población por ellas. Se dio la oportunidad de qué avanzáramos más allá de la cuota y se planteó la paridad como un objetivo que permitiera igualdad de oportunidades para las mujeres en la vida pública y política del país aunque en un primer momento la paridad fue solamente para congresos locales y federal.

Del 2014 al 2018 sentaron muchos recursos para argumentar que era necesaria la presencia de las mujeres en los ayuntamientos de ahí que a través de litigio estratégico se logró que se emitirán diversas sentencias para que los partidos políticos promovieran la presencia paritaria de mujeres tanto encabezando la planilla como en las regidurías. Aunque ya había iniciativas presentadas fue hasta el 2019 que se logró el consenso para avanzar en paridad en todo, es decir incluyendo ayuntamientos y cargos de designación en todos los niveles de la administración pública.

Desde ese momento se han reformado muchísimas leyes orgánicas y se han generado mecanismos para ir avanzando en la paridad. Cuando viene la elección pasada qué incluía, además de cambios en los congresos, diversas gubernaturas, se pensó que los partidos políticos propondrían mujeres; sin embargo no lo hicieron y tuvo que irse a un litigio para que finalmente los lineamientos del INE fueran obligatorios para los partidos y se postularon en los cargos de gubernatura por lo menos a la mitad de mujeres. Más de 600 organizaciones de mujeres presentamos un amicus y litigamos para que esto fuera realidad. Eso ha permitido que hoy nuestro número de gobernadoras haya crecido en una elección lo que no había pasado en la historia democrática en México.

Sin embargo hemos visto con mucha preocupación que la llegada de las gobernadora no ha traído un compromiso con la causa de las mujeres, esperábamos que ellas reconocieran que gracias al esfuerzo de muchas mujeres llegaron al poder, se abrieron las oportunidades para ellas pero hasta la fecha es muy lamentable que ninguna ha presentado un programa focalizado a favor de las mujeres que busque eliminar la discriminación contra las niñas y la violencia, que busque la igualdad de oportunidades en el trabajo y abrir espacios en su gobierno para más mujeres, que reconozca la problemática de las madres que sostienen solas un hogar, que hayan ampliado los horarios escolares para beneficiar a niñas y niños y a las mujeres trabajadoras, que durante la pandemia hayan puesto en práctica programas especiales para atender la problemática de cuidados.

Es muy lamentable que llegaron como los otros, con el mismo discurso sin mencionarnos, sin proponer recursos adicionales para enfrentar la problemática de las mujeres y las niñas, en lugares con tanto violencia como Baja California, qué tienen los números más altos de homicidio doloso de mujeres, que tiene la problemática de mujeres migrantes; en Chihuahua, que sigue siendo el lugar marcado por la muerte violenta de mujeres, con las tasas más altas de feminicidio en ciudad Juárez, de violencia sexual y de trata de personas; en Colima que pasó a ser un territorio de muerte desaparición y violencia contra las mujeres; en la Ciudad de México, que tiene los índices más altos de violencia familiar y sexual; en Tlaxcala, caracterizada por la trata de niñas y de mujeres; en Guerrero marcada por la venta de niñas y la entrega de niñas en matrimonio y de violencia sexual y explotación sexual infantil.

Lo que ha existido es un silencio cómplice. Resulta muy difícil pensar que la aspiración era que la llegada de mujeres traería un nuevo discurso político, se minimizaría la política, plantearía nuestras demandas. Tenemos mucho que analizar y evaluar porque tampoco las cámaras llenas hoy de mujeres están defendiendo la agenda de las niñas y las mujeres. Tenemos que reflexionar si lo que hemos hecho las feministas afuera podrá cambiar la vida de las mujeres. Hasta ahora quienes llegaron al poder no han demostrado ningún compromiso, no esperamos que sean feministas pero esperábamos que fueran congruentes; seguiremos insistiendo en que más mujeres lleguen al poder pero más mujeres feministas.

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