Nueva York, EU.— Como él lo había adelantado, durmió, habló, comió y se fue. Así pasó la visita relámpago de 24 horas del presidente a Nueva York para visitar por primera vez las Naciones Unidas y ahí encabezar la reunión del Consejo de Seguridad.

Fue su segunda visita al extranjero en tres años de mandato, luego de que desairó las invitaciones a participar en las reuniones del G20 y la COP26.

En la gira, el Presidente se dejó querer por simpatizantes, quienes desde su llegada, la noche del lunes a La Gran Mazana, ya lo esperaban con mariachis afuera del hotel ubicado a unos pasos de la sede de la en Nueva York, al que llegó a las 20:30 horas del lunes y donde agradeció de lejos las muestras de afecto.

Pero no fueron los únicos que llegaron al AMLOFest. También acudió una decena de integrantes de FRENA, quienes encararon los señalamientos de cientos de seguidores de López Obrador.

“¡Váyanse, vendidos! Ustedes quieren que regresen en México los privilegios de antes”, acusó un simpatizante del Presidente, quien les aventó un puñado de dólares, lo cual hizo que policías neoyorquinos intervinieran para evitar enfrentamientos. Todo a unos metros de las Naciones Unidas.

En un parque localizado a un costado de la sede de la ONU, militantes de Morena instalaron una pantalla para seguir la sesión del Consejo de Seguridad. Después de las 9:05 horas, López Obrador presidía la reunión y al dar el primer martillazo sobre la mesa, cientos de seguidores estallaron en porras y gritos.

Tras su mensaje, como especie de intermedio, se proyectó un video en el que López Obrador se dirigió a los paisanos que viven y trabajan en Estados Unidos y aseguró que hablará con su homólogo Joe Biden para que se cumpla el compromiso de regularizar la situación de millones de migrantes, lo que provocó aplausos y gritos.

Recordó que el mandatario estadounidense tiene el compromiso de regularizar a 11 millones de migrantes.

A las 11:20 horas, López Obrador dio por terminada la sesión del Consejo de Seguridad para después recorrer algunas instalaciones de la ONU y poner fin a su visita. Salió a saludar a sus seguidores con los brazos extendidos en señal de triunfo.

Abordó una camioneta blindada bajo la mirada del Servicio Secreto para ir a comer a la residencia del embajador Juan Ramón de la Fuente, de donde a las 14:30 horas salió rumbo al Aeropuerto Internacional John F. Kennedy.

Unos 20 minutos más tarde, abordó un vuelo comercial para regresar a la Ciudad de México, al filo de las 21:00 horas.

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