El reloj apenas marcaba las 9 de la mañana cuando consejeros del y representantes de la Cuarta Transformación rompían lanzas y se enfrentaban de manera directa sobre la mesa del Consejo General. Apenas iniciaba la jornada de la consulta popular, la primera en la historia del país y que buscaba llevar a la cárcel a cinco expresidentes de la República.

Cada cual trataba de ganar, en la narrativa mediática o en el discurso político, que la consulta popular sería un éxito o que se había “saboteado”. Unos defendían el ejercicio, otros acusaban a la autoridad de operar en su contra.

Temprano, el representante de Morena ante el INE y próximo presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Gutiérrez, acusaba al consejero presidente, Lorenzo Córdova, y a Ciro Murayama de “sabotear” el ejercicio, de la “cantaleta” de que no tenían dinero para hacerla y de que fueron a la Corte a presentar una controversia constitucional, pero no les dio la razón.

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Había metralla contra los consejeros; el legislador levantaba el dedo índice derecho y acusaba de mala forma que ambos consejeros gastaron dinero que tenían guardado para lujos y despilfarros. Subrayaba que sólo se aprobó la instalación de la mitad de casillas necesarias, que hubo errores técnicos y una “contracampaña” del INE.

Desde sus lugares, Córdova alzaba sus manos y las sacudía, en señal de rechazo. Murayama alzaba su mano e índice derecho y respondía que no, que es sabido que hubo una campaña de desinformación simulada con la que se ha querido confundir a la población y de paso dañar al INE. Y cuestionaba:

“¿Quién está detrás de la campaña millonaria de desinformación a la ciudadanía?, ¿quién contrató centenas de anuncios espectaculares de carteles en el Metro y parabuses?, ¿quién pagó a los brigadistas que en todo el país repartieron propaganda hablando de una pregunta que no es la que está hoy a consideración de la ciudadanía?”.

Lorenzo Córdova respondía que la consulta popular ya era todo un éxito desde el momento de su organización, ejecución y participación. “Nada más falso que el INE milite contra la consulta”. Depués, en conferencia de prensa, reviraba: “Mentiras a otro lado. Honremos la mesa de la democracia... Quien miente tiene poco compromiso democrático. Mentiras a otro lado”.

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Pareja presidencial

Mientras Mario Delgado, al filo del mediodía, acusaba al INE de obstaculizar la consulta y de que era responsable de la baja participación, la esposa del presidente López Obrador, Beatriz Gutiérrez Müller, arremetía contra el órgano electoral. “Gracias, INE México, por no permitirme votar en una mesa receptora especial para ciudadanos en tránsito, gracias, gracias. Así, ¡que viva la democracia selectiva!”.

El sábado, durante su gira por Sinaloa y Durango, López Obrador acusó al INE de no instalar las casillas suficientes para la consulta popular y de buscar que no se sepa nada de ella; indicó que era muy probable que no acudiera a votar porque en Nayarit no habría casillas. Ayer ya no quiso opinar del tema. “No estoy metido en eso”, dijo.

Córdova les respondió y afirmó que en su casilla estaban sus boletas esperándolos. De ella dijo que quizá le faltaba información y a él, que era un demócrata.

Fue un día en el que se apreció una baja participación ciudadana en todo el país, donde ganó el “sí” de manera avasalladora, pero apenas alcanzó un máximo de 7.74% de los más de 93 millones de electores.

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