Washington.— Walmart, la mayor cadena de supermercados de Estados Unidos y mayor empleador privado del país, anunció ayer que ninguna de sus más de 4 mil tiendas en esta nación venderán municiones para pistolas, y pidió a los compradores que no entren armados a la sucursales, aunque sea legal en el estado.

En un memorándum, la dirección reconoció que la decisión supondría pérdidas para la compañía. Según sus cálculos, ahora representa 20% del mercado de venta de munición; tras la decisión, sólo ocuparán entre 6% y 9%. La mitad de sus establecimientos venden armamento, la mayoría rifles dedicados a la caza.

Walmart ha estado en el ojo del huracán por sus ventas de armamento y municiones. Después de la masacre de El Paso, Texas, en la que fallecieron 22 personas, incluidos ocho mexicanos, ordenó a sus trabajadores retirar videojuegos y carteles que mostraran violencia. Las balas para pistola que tienen en sus almacenes serán las últimas que venderá.

Lo que la empresa prevé que será más complicado es la aplicación de la normativa de que no se pueda acceder a sus tiendas con armas a la vista, una decisión que luego imitó la empresa de supermercados Kroger.

Además, Walmart dejará de vender pistolas en Alaska. Activistas les están exigiendo que no apoyen a candidatos que tengan la aprobación de la Asociación Nacional del Rifle (NRA), la cual tachó de “vergonzosa” la decisión de Walmart.

Ayer se confirmó que el autor del último gran tiroteo, en el que siete personas murieron en Odessa (Texas), adquirió el rifle con el que perpetró la masacre a través de una venta privada, esquivando los sistemas de control de antecedentes. En esos hechos fue asesinada la mexicana Mary Granados. Ante los recientes tiroteos, el subsecretario para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) de México, Jesús Seade, dijo que la comunidad hispana en EU debe levantar la voz contra el racismo. Con información de agencias

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