Bruselas.— La crisis económica provocada por las medidas diseñadas para controlar la pandemia por coronavirus ha colocado a la en un punto crítico en materia de lucha contra la delincuencia organizada, advierte Europol.

“Nos encontramos en un punto de quiebre porque nunca antes la amenaza había sido tan elevada”, declaró la directora de Europol, Catherine De Bolle, durante la presentación de un informe sobre delincuencia organizada.

Según la antigua jefa de la Policía de Bélgica, los grupos de la delincuencia están empeñados en invertir en la economía legal y así fortalecer su imperio.

“Pretenden hacerlo en un momento en el que existe el potencial de una recesión social y económica. En la pasada recesión aprendimos que el crimen se fortalece cuando tiene enfrente una crisis económica”, dijo.

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Inquieta la rapidez con que las bandas se adaptaron al contexto de la pandemia. En todos los rubros, desde el tráfico de drogas hasta la trata de blancas, superaron con prontitud los obstáculos por los confinamientos.

Igualmente preocupa la forma como la emergencia sanitaria aceleró la digitalización de la delincuencia. Aumentó el uso de las redes sociales, el empleo de los sistemas encriptados y la actividad en la llamada dark web.

El informe sostiene que, como resultado de los encierros, los niños pasan más tiempo frente al ordenador, aumentando su vulnerabilidad ante la explotación.

Otro elemento que lleva a Europol a encender las alarmas es el hecho de que la línea que separa lo legal de lo ilegal es cada vez más fina. Se estima que 80% de las redes delictivas usan estructuras empresariales establecidas y dos tercios recurren a la corrupción para sus negocios. 

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Además preocupa el creciente uso de la fuerza, pues alrededor de 60% de las bandas están recurriendo a ella con mayor intensidad y frecuencia.

“La pandemia de Covid-19 es una de las mayores crisis desde el final de la Segunda Guerra Mundial y los delincuentes buscan aprovechar esta extraordinaria situación explotando por igual a ciudadanos, empresas e instituciones públicas”, señala.

El perfil actualizado por Europol muestra que uno de cada cuatro grupos delictivos lleva más de 10 años en activo y sólo 40% opera bajo estructura piramidal.

Uno de cada diez está compuesto por menos de cinco individuos, 65% tiene en sus filas distintas nacionalidades y 50% de los presuntos criminales en la UE son originarios de países terceros, mayoritariamente de los Balcanes, el este de Europa y África del Norte.