Ataviada con un chaleco antibalas y un casco, la "influencer" Maya Keyy filma, para mostrar a sus seguidores, la devastación dejada en un kibutz por los comandos de Hamas que el 7 de octubre atacaron el sur de .

"Tienen una guerra en redes sociales: es una guerra distinta", explica Maya Keyy a la AFP en el kibutz de Kissufim, donde, según el ejército israelí, 15 personas fueron asesinadas por combatientes del movimiento islamista palestino cuando estos se infiltraron en Israel desde la .

"Si no muestras las imágenes crudas al mundo, no te creerán", asegura la joven de 21 años, desde esta comunidad agrícola. "Influyo en la moda, y ahora uso mi influencia como judía", añade.

Maya Keyy, con medio millón de seguidores en Instagram y 300 mil en , forma parte de un pequeño grupo de "influencers" invitados por el gobierno israelí a un kibutz donde las consecuencias del ataque siguen visibles: rastros de sangre, impactos de bala y casas calcinadas.

Según las autoridades israelíes, los ataques inéditos de Hamas dejaron más de 1 mil 400 muertos, civiles en su mayoría. Además, los milicianos secuestraron a cerca de 240 personas, que se llevaron como rehenes a Gaza.

El ejército de Israel respondió con una campaña de bombardeos masivos y una operación terrestre en la Franja de Gaza, gobernada por Hamas desde 2007.

El último balance del Ministerio de Salud del gobierno de Hamás afirma que más de 9.000 personas murieron, la mayoría civiles, en los ataques.

Doscientas noventa y dos personas vivían en Kissufim antes de la guerra. La localidad está a dos kilómetros al este de Gaza y desde el inicio del conflicto se pueden escuchar los drones y los bombardeos.

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Antes del 7 de octubre, la página de Instagram de Maya Keyy publicaba imágenes de moda y selfis. Pero desde entonces, sus redes sociales se han convertido en llamados a apoyar Israel.

"Paré todo para mostrar la verdad al mundo, porque es increíble que la gente lo niegue todo", dice. "Tienes que venir y demostrar a todo el mundo que sí ocurrió", abunda.

Según el portavoz del kibutz, Benny Hasson, dos mujeres nonagenarias murieron durante el ataque perpetrado por el grupo islamista. Entre las víctimas hay también seis trabajadores tailandeses y una familia.

"Nos acusan de cometer atrocidades", declara Benny Hasson, de 66 años, en referencia a los bombardeos en Gaza. Pero es Hamás el que llegó "increíblemente preparado. Quiero mostrarlo al mundo", prosigue.

"El día en que pasó todo, supe de inmediato que no quería hacer otra cosa que hablar de lo que había pasado aquí", explica por su parte Alina Rabinovich, una "influencer" culinaria y de la industria del espectáculo, con medio millón de seguidores en redes sociales.

"Cuando nos buscaron [el gobierno israelí], dije sí de inmediato", subraya la joven, de 26 años.

Rabinovich se sobresalta al escuchar el ruido de los disparos de cohetes de Hamás y reconoce lo peligroso que es trabajar cerca del territorio palestino.

Pero asegura que quiere contar las historias de las víctimas del 7 de octubre. Y "apenas empezamos", resalta.

Maya Keyy insiste por su parte en que el uso de las redes sociales no es más que otro frente de una guerra que teme que "no acabe nunca".

"Como judíos, tenemos que luchar por nuestra propia existencia".

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