Londres.— Liz Truss reemplazó ayer al controvertido Boris Johnson como líder del Partido Conservador británico y se convertirá, una vez avalada por la reina Isabel II, en la nueva primera ministra, a la cabeza de un Reino Unido sumido en una grave crisis por la carestía de la vida.

Los desafíos de Truss, quien se convierte en la tercera primera ministra mujer que tiene el país, son enormes. Tanto que algunos le auguran un gobierno más corto que el de Johnson o la antecesora de éste, Theresa May.

Este martes, la reina Isabel II recibirá a Truss en su residencia veraniega de Balmoral, en Escocia, y le encargará la formación de un gobierno. Uno que requiere acciones prontas, dado que el país enfrenta una inflación disparada, superior a 10% —que podría llegar a 14% a finales de año— y la perspectiva de un invierno marcado por el reto de asegurar el suministro de energía, con alzas en las tarifas de hasta 80%.

En su discurso tras ganar la primarias tories, con 57% de los votos frente al exministro de Economía, Rishi Sunak, recalcó cuáles serán sus prioridades: “Libertad, bajos impuestos y responsabilidad individual”. Reparar el sistema público de sanidad es otro de sus objetivos.

En principio, deberá reducir la deuda acumulada durante la pandemia, dar marcha atrás a las subidas fiscales que había programado su predecesor y tratar de impulsar la inversión y el crecimiento. Durante los primeros días al frente del Ejecutivo, se espera que anuncie un amplio paquete de medidas para hacer frente a la crisis energética. Truss se comprometió a presentar un plan sobre este tema en el plazo de una semana.

Esta tarde, tras ofrecer su primer discurso a la nación como mandataria, comenzará a nombrar a los ministros de su gabinete. En el acto de ayer en Londres comenzaron a intuirse algunos de los nuevos papeles que los aliados cercanos de Truss asumirán. Kwasi Kwarteng, quien se perfila como ministro de Economía y su mano derecha en el gobierno, teatralizó el papel clave que espera desempeñar a partir de ahora, colocándose en el centro de la sala de conferencias donde se anunció el resultado de las primarias. James Cleverly, actual titular de Educación, se perfila como favorito para la cartera de Exteriores.

Truss hereda la amplia mayoría absoluta que logró Johnson en las elecciones de 2019, pero también una precaria situación política para los conservadores, que se han hundido en las encuestas a raíz de los escándalos que rodearon al hasta ahora jefe de gobierno y la subida de los precios que ha desatado una ola de protestas en el país.

La nueva líder tory se marcó ayer como objetivo “cumplir” sus promesas en un plazo de dos años y dar la vuelta a los sondeos que predicen que el Partido Laborista ganaría con un amplio margen unos comicios: “Lograremos una gran victoria para el Partido Conservador en 2024”, declaró.

Choque con la UE

Además de los problemas internos, Truss enfrenta tensiones con la Unión Europea. Después de haber sido defensora de mantener a Reino Unido en el bloque, la nueva primera ministra lucha por mantener las “ventajas” que ofrece el Brexit, aun si eso significa un encontronazo con los demás países europeos.

“Espero una relación constructiva, en pleno respeto a nuestros acuerdos”, afirmó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una felicitación a la nueva líder británica que sonó más a advertencia.

Truss impulsó una legislación que permitiría al Reino Unido romper de manera unilateral partes del acuerdo de salida firmado con Bruselas, algo que la UE advirtió ya que traerá consecuencias. Entre los asuntos más problemáticos está el del protocolo del Brexit para Irlanda del Norte. Tampoco tiene la mejor relación con el presidente estadounidense, Joe Biden, y cuestionó en su momento el concepto de “relación especial” que ha prevalecido entre ambos países.

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