Bruselas.- Si bien no fue el punto de partida, el movimiento #Metoo sí terminó fortaleciendo los esfuerzos dirigidos a fulminar el acoso psicológico y sexual al interior de las instituciones de la (UE).

A tres años del escándalo Harvey Weinstein , de acoso sistemático en Hollywood, las autoridades de la función pública europea afirman contar con los más altos estándares en esta área, gracias a una política de tolerancia cero y a la adopción de mecanismos de prevención y castigo formales e informales.

Aunque también reconocen que pese a los avances, el aparato institucional comunitario no es inmune al acoso.

La oficina del asesor del Defensor del Pueblo Europeo recibió 38 denuncias de abuso sexual y acoso psicológico en las instituciones europeas entre 2010 y 2018, de ellas 22 implicaron investigaciones.

“La mayor parte de los casos fueron de acoso psicológico, pero también recibimos denuncias de acoso sexual, ambos muy dañinos para las víctimas, de allí que las instituciones se tomen muy en serio esto”, asegura Angela Marcos Figueruelo, oficial a cargo de gestionar las denuncias en la Secretaría del Defensor del Pueblo Europeo.

La oficina de Kristian Knudsen, Director General de la Dirección General de Personal del Parlamento Europeo, hombre encargado de velar por el bienestar al interior de la Eurocámara, recibió cuatro denuncias en 2019 tan solo de esa institución.

Para Ellen Robson, Presidenta del Comité Asesor sobre el Acoso y su Prevención en el Lugar de Trabajo, y Miembro del Comité Asesor que se ocupa de las denuncias de acoso relativas a miembros del Parlamento Europeo, el aumento de las quejas , de una a cuatro por año, es reflejo de los impactos positivos del movimiento #Metoo, pues hoy las víctimas y las personas en su entorno están más dispuestas a exhibir las agresiones.

Las declaraciones tuvieron lugar en un taller convocado por la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género del Parlamento Europeo ( FEMM por sus siglas en inglés) para hacer un corte de caja al interior de las instituciones de la Unión a tres años del #Metoo.

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A la sesión celebrada en formato hibrido, tanto presencial como a distancia, asistieron las máximas autoridades técnicas en este ámbito.

“El movimiento #Metoo no fue nuestro punto de arranque, pero sí fue un importante paso adelante y una oportunidad para incidir en que hay una política de tolerancia cero ”, afirma Knudsen.

“Debemos seguir trabajando con el como colaboradores y aliados, porque no podemos dormirnos en nuestros laureles si vemos más allá”, dijo por su parte el eurodiputado Dimitrios Papadimouli, Vicepresidente de la FEMM.

El eurodiputado griego hace referencia a una problemática que se traduce en el hecho de que 55% de las mujeres en la UE han sido acosadas sexualmente y más del 20% de las jóvenes (de entre 18 y 29 años) han experimentado acoso cibernético al menos una vez.

Esta estimación es a la baja tomando en cuenta que en la mayoría de los casos las víctimas no denuncian el acoso. Tampoco pasa por alto el que la batalla no es homogénea entre los 27 miembros de la Unión: algunos países comunitarios aún no ratifican el Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, mejor conocido como el Convenio de Estambul de 2011. Tal es el caso de República Checa, Hungría, Eslovaquia, Lituania, Letonia y Bulgaria.

Desde el escándalo Weinstein, las instituciones europeas se han venido blindando contra este fenómeno. Se han construido mecanismos de notificación, comités consultivos, instancias de mediación, así como se han puesto en marcha programas de formación para ser sensibilizados al personal sobre la problemática.

Simultáneamente se han creado espacios de denuncia. Las víctimas hoy pueden activar procedimientos informales, es decir acercarse a la red de consejeros confidenciales, cuya función es clave para la intervención temprana y evitar que se produzca una escalada.

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También tienen la opción de acceder a procedimientos formales, lo que implica la intervención de gestores imparciales especializados en la materia; estos se encargan de investigar y de emprender los procedimientos disciplinarios de ser el caso. En ambos procesos existe la opción de contar con acompañamiento psicológico.

Estas herramientas son accesibles tanto para el personal acreditado en las instituciones, como para aquellos que ofrecen servicios externos, como podría ser vía outsourcing.

Gracias al movimiento global, los tiempos para esclarecer los casos se han reducido de cinco a tres meses y los pronunciamientos no son más sumarios, hay una explicación más extensa de la conclusión a la que se llegó.

En el caso del Parlamento Europeo, se han agregado además otras formas de castigo, que van desde la reprimenda hasta el despido; todos, incluyendo los eurodiputados, están obligados a firmar un código de conducta antes de asumir el cargo.

Para ilustrar uno de los procedimientos incluidos en el amplio catálogo de sanciones se habló del eventual caso de una asistente de confianza de un eurodiputado. De presentar un caso de inconformidad, cuenta con el recurso de trasladarse a otro grupo político, mientras que el salario seguirá siendo pagado por el legislador que inicialmente la contrató.

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“No podemos olvidar las bases. Si vemos casos de acoso, sobre todo sexual, es porque en muchos casos se percibe la superioridad”, sostiene Knudsen.

“Si nosotros queremos luchar contra el acoso sexual desde el principio tenemos que promover la igualdad de oportunidades. Si todos tuvieran las mismas oportunidades estoy convencido de que veríamos una reducción importante de los casos de acoso de cualquier tipo, porque el acoso es en muchos casos algo relacionado con la superioridad real o percibida”.

Al interior de la Eurocámara no todos comparten la evaluación positiva expuesta por el cuerpo técnico. La eurodiputada socialista Heléne Fritzon dijo que lamentablemente ni siquiera las instituciones comunitarias están vacunadas frente al hostigamiento, sigue siendo un problema ante el cual muchos se “hacen de la vista gorda”. Calificó la actuación de “insuficiente”.

“Es una pena que aquí se frivolice con el tema, proponiendo mecanismos informales, consejeros confidenciales, es tratar la materia sin enfrentarse a ella, creando estructuras burocráticas, mecanismos de evaluación. ¡En verdad, no lo entiendo!”, expresó Margarita de la Pisa Carrión, del Grupo de Reformistas y Conservadores Europeos.

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Señaló que si fuera importante, las autoridades tendrían claro lo que se debe hacer: denunciar y enfrentar los comportamientos irrespetuosos por los canales legales.

“Me da la impresión de que por que digan que les preocupa algo se creen que cubren su labor. No me parece serio”, afirmó la integrante del Partido español VOX.

hm

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