La canciller Angela Merkel celebró ayer la perspectiva de un gobierno “estable” en Alemania, tras el acuerdo logrado en unas duras negociaciones con los socialdemócratas, que le salió muy caro pero le abre las puertas a un cuarto mandato.

“Estoy convencida de que este contrato de coalición... es el pilar del gobierno estable que necesita nuestro país y que mucha gente en el mundo espera de nosotros”, insistió la dirigente conservadora, de la CDU, tras la última ronda de negociaciones, de 24 horas seguidas, en Berlín.

Ante las reticencias del Partido Socialdemócrata (SPD) para aliarse de nuevo con los conservadores, éstos tuvieron que hacer varias concesiones. El SPD de Martin Schulz obtendrá así varias carteras clave, como la de Finanzas.

Esto marca una ruptura con la herencia del ortodoxo Wolfgang Schaeuble, conservador y titular de Finanzas durante ocho años, hasta finales de 2017. Se cree que esta responsabilidad la asumirá ahora Olaf Scholz, alcalde de Hamburgo, la segunda ciudad del país, y figura respetada del SPD. Una fuente que participó en las negociaciones dijo que el SPD también se queda con el Ministerio del Trabajo y según medios, también aseguraría las carteras de Justicia, Familia y Medio Ambiente.

“Admito que la cuestión de quién obtiene qué ministerio no fue sencilla”, reconoció Merkel.

Martin Schulz, de 62 años, ex presidente del Parlamento Europeo, podría convertirse en jefe de la diplomacia alemana, un cambio drástico para quien, aún a finales de 2017, aseguraba que no participaría en un gobierno de Merkel. Ayer mismo en la tarde comunicó que quiere abandonar próximamente la presidencia del PSD, tal como anunciaban los medios.

Andrea Nahles, de 47 años, jefa del grupo parlamentario del partido, está llamada a sucederlo, convirtiéndose en la primera mujer en el cargo.

La CSU, los aliados bávaros de Merkel y el ala más a la derecha de su familia política, controlará un superministerio del Interior, la Construcción y la Patria, una garantía para su electorado más conservador. El partido lleva dos años denunciando la generosa política migratoria de la canciller.

Según el diario Bild, Merkel cedió demasiado para evitar unas nuevas elecciones. “¿Qué precio ha pagado? ¡Es casi un sacrificio personal! ¿Qué queda realmente de ella?”, insistió.

Para comenzar su nuevo mandato de cuatro años, la canciller, de 63, aún tiene que superar un importante obstáculo: el del voto de los alrededor de 460 mil militantes del SPD, que se pronunciarán en una consulta interna por correo que se llevará a cabo durante varias semanas.

Para intentar ganarse a los militantes más reticentes, Schulz logró que el acuerdo de gobierno incluya una cláusula de reevaluación de la coalición al cabo de dos años.

Si los militantes rechazan el acuerdo de coalición, la canciller se enfrentará a un difícil decisión: o formar un gobierno en minoría o celebrar nuevas elecciones, dos escenarios inéditos en la Alemania de la posguerra.

Tanto el SPD como los conservadores temen unos nuevos comicios, de los que se beneficiaría sobre todo la extrema derecha.

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