Pasadena, California.— La pregunta de si hay o hubo vida fuera de nuestro planeta pronto podría ser contestada. Con la llegada a Marte del robot de la NASA Perseverance, muchos hitos serán superados. El explorador analizará la presencia de vida en el planeta rojo, es portador de un pequeño helicóptero, el Ingenuity, punta de lanza para la investigación aérea multiplanetaria y lleva un micrófono que captura los “sonidos de Marte”, entre otros instrumentos de última generación.

Perseverance es parte de la misión Mars 2020, que tardó ocho años en concretarse y que se apoya en los cimientos de otras experiencias como la de su predecesor Curiosity. Una pieza fundamental en ambas misiones es la ingeniera aeroespacial Diana Trujillo, nacida en Cali, Colombia. Trujillo lideró el desarrollo del brazo robótico de Perseverance y ahora encabeza la misión. Como la exploración espacial, la historia de Diana está llena de episodios fascinantes. “Yo me enamoré de las estrellas porque es una cosa increíble acostarse en el pasto y mirar pa’rriba y no saber lo que hay allá afuera. Ves las estrellas y te dan una paz infinita”, dice del encuentro que definió su destino de niña.

Trujillo creció cobijada de los valores típicos de las familias latinas, pero las limitaciones de género determinaron su futuro, “decidí salir de Colombia cuando comencé a ser cuestionada, ¿cuándo te vas a casar? Tenía 16 años, el objetivo era encontrar un buen hombre, casarte y tener una familia. Esa es parte de mi vida, pero ¿qué pasa con tu parte intelectual? Pregunté, ¿mis hermanos van a ser doctores, abogados y yo casada? Eso no es lo que yo quiero”.

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Emigró a Estados Unidos a los 17 años, estudió inglés, fue a la escuela y hacía tareas mientras viajaba en el autobús de camino a su casa. Luego, a trabajar para ganarse la vida, primero en una tienda de conveniencia, luego en una panadería y cerraba la jornada de madrugada en una pizzería. “Los fines de semana eran lo mejor porque podía trabajar más horas y ganar más dinero”, recuerda.

Años después, su sueño de ser astronauta la motivó a ingresar a una pasantía con la NASA. “Participaron 3 mil estudiantes, 18 fueron seleccionados y yo fui la única hispana”. Después fue contratada por el programa Constellation que planeaba regresar a la luna y llegar a Marte.

Cuando fue obvio que Constellation sería cancelado por su elevado costo, Diana buscó trabajo con la misión Curiosity, que desarrollaba un robot explorador en Marte, el más exitoso hasta el momento. “Para mí lo importante no era el nivel que me asignarían, sino recibir una oportunidad. Cuando surgían dificultades y todos estaban ocupados yo me ofrecía como voluntaria. Así fue como me vinculé con los diversos sistemas del robot. En un punto me di cuenta de que había interactuado con ocho de los10 subsistemas de la misión”.

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La habilidad de trabajar con distintos equipos y entender las partes del proyecto la impulsaron a convertirse en la líder de Curiosity. “Cada mañana veía fotos panorámicas de otro mundo. Luego decidíamos a dónde moveríamos el robot, en qué usaríamos su brazo. Tomar esas decisiones implica determinar qué es lo que deseamos aprender como humanos para descifrar de dónde venimos, cuál fue nuestro origen”. Más adelante pasó a la actual misión, Mars 2020. Su primer encargo fue anticipar los retos que tendría el robot, qué instrumentos y capacidades tendría y ahora es la directora de vuelo.

Los críticos preguntan, ¿por qué gastar millones de dólares en ir a Marte? Ella responde, “¿por qué no entender y descubrir más de lo que sabemos? Explorar el espacio sirve para demostrar las capacidades del ser humano”. La exploración espacial tiene beneficios aquí en la Tierra, Trujillo explica: “Estas misiones desarrollan la tecnología que vamos a necesitar y que luego adoptamos en nuestras vidas cotidianas. Ejemplos, el software que da capacidades autónomas al vehículo en Marte. Ahora pensamos, ¿por qué no tenemos carros autónomos? Otra cosa, el daño a la capa de ozono. Si tienes orbitadores puedes documentar la evidencia, eso te ayuda a tomar mejores decisiones. De lo contrario, no tienes la perspectiva correcta”.

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Si el Perseverance encuentra rastros de vida antigua en Marte, el paradigma de nuestra existencia cambiará al demostrar que bajo ciertas condiciones la vida como la conocemos puede ser común en el Universo. Así mismo, tomará muestras del suelo marciano que una misión futura traerá de regreso a la tierra para un extenso análisis.

El paracaídas que ayudó en su descenso al Perseverance tenía un mensaje secreto, ahora revelado. La leyenda: “Atrévete a hacer cosas poderosas”, lema del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. Trujillo, como miembro de ese gran equipo, también se plantea metas altísimas que, por su dedicación, se antojan alcanzables, “creo que mi objetivo último es lograr que trabajemos juntos como sociedad, cuando lleguemos a ese punto habré encontrado la paz”. Para despedirse, manda un mensaje a la audiencia que motive a detonar su potencial: “Mi nombre es Diana Trujillo, soy una latina chingona, y tú también puedes serlo”.

#LatinosChingones es una serie de entrevistas de alto perfil que busca inspirar a las nuevas generaciones, publicada en asociación con EL UNIVERSAL.