El primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, aseguró hoy que no debatirá con nadie el referéndum celebrado en la región autónoma del Kurdistán iraquí ni dialogará, a no ser que se suspenda.

En una rueda de prensa en Bagdad, el gobernante iraquí ha asegurado que no se puede estar "con los brazos cruzados ante los intentos de deshacer la unidad del país, porque esto conducirá a más problemas", en alusión a la consulta de autodeterminación celebrada el pasado 25 de septiembre en el Kurdistán, que no reconoce Bagdad.

Agregó que "cualquier diálogo tiene que centrarse en la unidad de Irak, en la construcción y el rechazo del referéndum", cuyos resultados fueron favorables a la independencia del Kurdistán.

Además, indicó que "el sistema confederal es un trámite que requiere modificar la Constitución y la aprobación de dos tercios de los diputados del Parlamento ".

Este plebiscito ha sido rechazado por la comunidad internacional y tanto Bagdad como los países vecinos -Irán y Turquía- han tomado severas medidas contra la región, que goza de una autonomía desde la Constitución de 2005, en la que Irak es definido como un Estado federal.

Al respecto, Al Abadi adujo que "no hay boicot" contra la región y que no necesita "intermediación", pues las relaciones entre ambos Gobiernos "no se cortaron".

Sin embargo, aseveró que no habrá ningún tipo de diálogo ni negociación a no ser que se anule el referendo, en el que se registró un 72 % de participación y un 92 % respaldó la independencia.

Por otro lado, el titular iraquí invitó a las fuerzas kurdas "peshmergas" a evitar "choques" con las fuerzas iraquíes en las zonas disputadas entre Erbil -capital del Kurdistán- y Bagdad, es decir, la ciudad rica en petróleo de Kirkuk, así como algunas zonas en las provincias de Nínive, Saladino y Diyala ocupadas por las tropas kurdas.

El Gobierno central ha anunciado nuevas medidas económicas en respuesta al referéndum, y la más polémica hasta ahora ha sido la orden de suspender los vuelos internacionales con origen o destino en los aeropuertos kurdos de Erbil, capital regional, y Suleimaniya.

Estas declaraciones se producen dos días después de que el presidente kurdo, Masud Barzani, se reuniese con el jefe del Parlamento iraquí, Salim al Yaburi, en la ciudad de Saladino (al norte de Erbil, capital del Kurdistán), donde instaron a "calmar la situación política" y recurrir al "diálogo con una agenda abierta".

lsm

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