.- Los gitanos ucranianos que huyen de su país por la guerra están siendo víctimas por partida doble, ya que a su condición de desplazados por el conflicto hay que sumar la discriminación que soportan por el mero hecho de ser romaníes, tanto en los pasos fronterizos como en los territorios de acogida.

“ y también los informes de los medios de comunicación lo han respaldado”, señala Zeljko Jovanovic, quien dirige la Oficina de Iniciativas Romá, cuyo objetivo es fortalecer las voces y el liderazgo de los gitanos.

“Los gitanos son maltratados tanto por los guardias fronterizos como por la población local una vez que salen de Ucrania”, subraya el líder romaní, quien se ha convertido en referencia internacional para conocer la situación de los gitanos que abandonan el país invadido por Rusia .

“Al llegar a las fronteras de los estados vecinos se han encontrado con una discriminación brutal a ambos lados de las fronteras del país. En algunos casos, son agredidos físicamente en los pasos fronterizos y en los procesos para el refugio”, denuncia por su parte Juan De Dios Ramírez-Heredia, exdiputado español y presidente de la Unión Romaní.

Una mujer romaní que había llegado a Moldavia dijo que ella y su familia habían pasado cuatro días esperando en la frontera sin comida ni agua , y que después de encontrar un refugio fueron expulsados por los propios guardias ucranianos, relata Ramírez-Heredia.

“La población roma en los países del este europeo lleva siendo perseguida desde hace muchos años, no es algo nuevo. Pero cuando ocurren situaciones de crisis como la actual, se multiplican las condiciones adversas en las que ya se encontraban personas en exclusión. Nos consta que, al menos desde 2014, grupos paramilitares han hostigado a las personas romaníes en ciudades y suburbios de Ucrania”, señala a EL UNIVERSAL José Vega, portavoz de la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas (FAKALI).

El Centro Europeo de Derechos de los Gitanos ha denunciado que en todas las fronteras de los países donde se acogen refugiados, a los gitanos se les hace esperar en colas kilométricas, por lo que sufren las inclemencias del frío invernal .


Discriminan a romaníes

“Los gitanos siempre son los últimos en salir del país”, lamenta Jovanovic.

Por su parte, Jaroslav Miko, quien está al frente de una ONG que ha transportado a más de 100 refugiados romaníes desde la frontera entre Ucrania y Eslovaquia hasta la República Checa, aseguró que había observado discriminación de los romaníes entre los voluntarios que socorrían a los desplazados en la frontera, ya que mientras recogían a algunos refugiados en vehículos y los trasladaban a otros lugares, a las familias romaníes rechazaban brindarles este tipo de ayuda.

“Tenemos información de las ONG de Ucrania y medios internacionales sobre denuncias de trato desigual y discriminatorio a las familias romaníes que consiguen pasar la frontera, concretamente en Polonia, como si hubiera refugiados de primera y de segunda. En ocasiones no les dan los mismos alimentos y en otros casos, cuando precisan de un alojamiento grupal porque son familias numerosas, lo único que les ofrece el gobierno es separarse contra su voluntad”, relata el vocero de FAKALI.

El antigitanismo es algo estructural y para combatirlo necesitamos la presencia y el apoyo de todos los poderes, empezando por el legislativo y judicial. Los medios también tienen un peso específico porque, si visibilizan estos abusos, los países democráticos deberían actuar de facto, agrega.

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En España varias organizaciones gitanas han movilizado sus recursos para llegar hasta la frontera polaca con Ucrania a fin de entregar ropa y alimentos y transportar al país ibérico a las personas que quieran acompañarlos.

“Nos estamos organizando a través de plataformas como la hermandad romaní europea para hacer caravanas de recogida de alimentos, campañas de crowdfunding y salidas con autobuses y otros vehículos para llegar hasta la frontera, principalmente Rumanía, Eslovaquia y Polonia, con el propósito de atender a todas las personas refugiadas y a las familias romaníes”, concluye Vega.

La población gitana de Ucrania y los países limítrofes supera los cinco millones de personas , detalla Unión Romaní. Las organizaciones que agrupan a los gitanos en Europa no ocultan su temor ante la posibilidad de que el agravamiento y la prolongación del conflicto en Ucrania puedan provocar una limpieza étnica en la zona, como ya sucedió en la guerra de los Balcanes.

vare

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