El posible uso de armas químicas en la guerra en Ucrania fue señalado como una línea roja que marcaría la conversión de las fuerzas rusas en criminales de guerra. Ahora, legisladores en Estados Unidos buscan que el fentanilo sea elevado al rango de un arma química, con las implicaciones que ello tendría.

Hasta ahora, las iniciativas republicanas que buscan declarar a los cárteles terroristas y permitir a las fuerzas de EU combatirlos, incluso en territorio mexicano, son rechazadas por la mayoría de los demócratas, por el presidente de Estados Unidos y por el de México.

Pero la preocupación en suelo estadounidense por los efectos del fentanilo crece. Y mientras poco se hace, y poco se habla sobre acciones en materia de salud, sobre la ecuación estadounidense del problema, sobre los criminales estadounidenses que forzosamente participan para que la droga, no sólo el fentanilo, llegue, crecen las voces que urgen a hacer algo más frente a cárteles mexicanos y para impedir que las drogas crucen la frontera.

La corrupción, el creciente poder del narco, la complicidad a ambos lados de la frontera, convierte el combate contra las drogas en uno contra un monstruo de mil cabezas.

Con la iniciativa para designar el fentanilo como un arma química, los legisladores estadounidenses podrían superar un cuello de botella. Ya no sería EU luchando contra “su” problema de consumo de fentanilo. No sería el gobierno estadounidense combatiendo cárteles que envenenan a “su” gente.

Al ser un arma química, el fentanilo se convertiría en un problema internacional y los cárteles que lo producen en criminales que podrían ser sujetos de penalización internacional.

Casi todos los países del mundo son firmantes del Tratado de Prohibición de Armas Químicas. Y su uso se considera un crimen de guerra bajo el derecho internacional. Así está establecido en el Estatuto de Roma, esqueleto del Tribunal Penal Internacional (TPI).

No hay una guerra entre Estados Unidos y México, como ocurre entre Rusia y Ucrania.

Pero convertir el fentanilo en un arma química mataría tres pájaros de un tiro: por un lado, EU involucraría a la comunidad internacional, extendiendo la lucha, los recursos, entre otras cosas. Por el otro, en un caso extremo, ¿se vería mal la actuación de las fuerzas estadounidenses contra quienes están cometiendo crímenes de guerra? Y el tercer flanco: ¿Cómo quedaría China permitiendo el flujo de precursores para crear un arma química?

Queda mucho camino por recorrer para que la iniciativa sobre el fentanilo, que apenas fue avalada por un comité en la Cámara Baja, llegue a ser ley. Tiene que pasar por el pleno de la Cámara de Representantes, el Senado y después quedaría por ver si el presidente Joe Biden decide avalar un plan que es visto con muchos mejores ojos que el de declarar terroristas a los cárteles o una “invasión” a México.

Pero que tenga de entrada apoyo bipartidista, es un reflejo de que EU va muy en serio contra el fentanilo y de que está buscando la forma de sumar esfuerzos, incluyendo los de otros países, para frenar el flujo desde su origen. La guerra está declarada.

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