Miami.— Estados Unidos vive una serie de acciones discriminatorias y sectarias que han entrado en vigor en diversas entidades contra la +; Human Rights Campaign (HRC) llamó a defender sus derechos en pleno mes del Orgullo.

HRC busca que actúen todas aquellas personas a su favor, con poder político, económico y social, “para detener esta agresión injustificada e inhumana”, dijo la organización. “Este llamado”, siguió, “es para que luchen por los derechos LGBTIQ+ con la misma fuerza con la que han defendido el derecho al aborto desde que fue anulada la ley”. HRC ha contabilizado en toda la Unión Americana un promedio de 525 proyectos de ley que los discriminan y de los cuales al menos 70 han sido aprobados.

“Es el peor año jamás registrado por nuestra organización en más de cuatro décadas”.

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Y no sólo en gobiernos estatales o municipales; también está ocurriendo en empresas comerciales. Primero sucedió en Target. Sus directivos decidieron poner en diversas áreas departamentales de sus tiendas las banderas y colores alusivos al Orgullo Gay que se celebra en junio, lo cual no le gustó a varios clientes.

“Sí, hubo personas que no sólo se quejaron, pero también vimos a señoras con sus hijos reclamando a gritos que cómo se atrevían a promover a esa gente”, describe a EL UNIVERSAL una empleada que pidió el anonimato. Las tiendas terminaron removiendo toda promoción gay.

De acuerdo con el sindicato de trabajadores de Starbucks, la empresa les prohibió promover el mes del Orgullo Gay en muchas tiendas del país, aunque los directivos de la compañía cafetera aseguraron que no es así y que siempre han apoyado y reconocido a la comunidad LGBTIQ+. No es extraño que se estén tomando este tipo de medidas. El mundo está lleno de prejuicios, tabúes, tradiciones, reglas sociales y una larga lista de comportamientos en la que no se aceptaba, o no se acepta todavía, a quienes piensan, sienten y actúan de forma diferente.

Una de estas comunidades, la más afectada, es la LGBTIQ+, reconocida típicamente como la comunidad gay.

“La identidad y expresión de género, la orientación y las características sexuales son parte integral de una individualidad que por ningún motivo debe ser discriminada, abusada o violentada”, dice a EL UNIVERSAL la vocería de Human Rights Watch (HRW).

En plena segunda década del siglo 21 y después de férreas defensas a favor de la comunidad gay de Estados Unidos, la sociedad se mantiene muy dividida en la aceptación y respeto de quienes conforman este grupo, considerado vulnerable. s“En mi opinión, quienes no nos aceptan es porque no se han permitido informarse y entender qué es la homosexualidad”, comenta a este diario Sol Herrera, quien está casada y vive con su pareja en Miami, Florida.

“Todos escuchan la palabra homosexual o gay y sólo piensan en sexo y no es así; el género con el que nacimos y lo que sentimos tiene mucho más que ver”.

El matrimonio entre personas del mismo sexo en Estados Unidos fue legalizado, a nivel federal, en 2015; antes, algunos estados ya lo permitían localmente.

“Pero los avances y logros de la comunidad gay no han sido fáciles y ni siquiera ahora es fácil”, describe Sol. “Todo ha sido resultado de mucho activismo de personas, de organizaciones e, incluso, de legisladores”.

Hoy, a diferencia de como era la sociedad estadounidense en el siglo 20, mucha gente ha “salido del clóset”, como se dice coloquialmente a quien se reconoce a sí mismo como gay públicamente.

“¿Quién no tiene hoy un amigo, una prima, un hermano, una compañera, alguien cercano que es gay?”, pregunta Mara Medina, desde Florida; “entiendo que en el siglo pasado no ocurría y eso hizo infeliz y mató a miles de personas; pero hoy afortunadamente es diferente, aunque aún falta”.

Muchas industrias cambiaron de un siglo al otro. “La televisión, el cine y, por supuesto, la llegada de internet”, dice Sol, quien trabaja en los medios desde hace más de dos décadas; “qué decir de las redes sociales y todas las aplicaciones donde la libertad de expresión y de participación domina, especialmente a las nuevas generaciones”.

Sin embargo, los republicanos iniciaron desde hace tiempo una embestida contra los derechos de la comunidad gay. Un caso claro es el de Florida, cuyo gobernador, Ron DeSantis, aprobó una ley que limita las discusiones sobre orientación sexual en todos los grados escolares de las escuelas. Aunque en 2020 la Corte Suprema de EU emitió un fallo histórico que prohíbe a las personas LGBTIQ+, en la práctica sigue sucediendo en los estados más conservadores del país.

Y, entre la comunidad gay, quizá la situación más delicada la viven los trans, según comentan varios miembros de esta comunidad. “Los trans son aquellas personas que, naciendo biológicamente hombre o mujer, deciden acceder a procesos médicos, quirúrgicos, siquiátricos y sicológicos para convertirse en el sexo opuesto y vivir así”, explica desde Texas el médico Enrique Martínez.

“La homosexualidad hasta 1973 fue considerada una enfermedad de trastorno mental y muchísima gente sufrió y murió por seudoterapias que en realidad eran verdaderas torturas, porque decían que los querían ‘curar’. Una aberración”.

Quizá ya no hay seudoterapias, pero las agresiones y la discriminación continúan: en algunos congresos estatales, como el de Montana, se ha prohibido la intervención de legisladores transgénero en diversos debates. En la Cámara de Representantes, apenas en abril pasado, republicanos votaron a favor de prohibir que atletas transgénero participen en competiciones femeninas.

Los aliados

Aun así, los esfuerzos de los activistas LGBTIQ+ hoy gozan de millones de aliados que fortalecen su lucha. “No queremos un trato especial, queremos un trato igualitario”, escribió una activista que no se identifica porque “no se trata de mí”, comentó. “Se trata de todos y todas como yo”.

La PFLAG, conformada por familiares y amigos de la comunidad LGBTIQ+, es la organización más grande de defensa de los derechos de este grupo. El presidente Joe Biden les ha dicho a todos sus conciudadanos y residentes en la Unión Americana que “tienen derecho a ser tratados con igualdad y dignidad, sin importar quién seas, cómo te quieras identificar y a quiénes ames”.

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