Miami.— El llanto asoma y las lágrimas hablan. Fueron más de dos años sin poder reunirse en familia; muchas de ellas hoy están fracturadas, incompletas; alguno de los suyos ya no estará presente físicamente pero, aun así, dan gracias por poder reunirse otra vez.

El Día de Acción de Gracias este 2022 en Estados Unidos es particularmente emotivo y diferente. “Poder reunirnos es algo que hoy apreciamos más que nunca, después de la terrorífica experiencia de la pandemia”, comenta a EL UNIVERSAL Alex Nolte desde Los Ángeles, California. “Ahora estamos enfrentando otro monstruo, la terrible inflación. No hay peligro de muerte ni de enfermedad, esa es la buena noticia, así que como sea sacaremos adelante este día de dar gracias y de estar en familia. Debemos tener buena actitud”.

Este nuevo monstruo, la inflación, que en EU actualmente se sitúa en 7.7% en el mes de octubre, pero en su peor momento ha estado en 8.2%, apenas comienza a mostrar cierta debilidad, que no se sabe si perdurará. De acuerdo con un estudio de Personal Capital (Daily Capital en inglés), este 2022 el festejo del Día de Acción de Gracias (Thanksgiving Day) en condiciones normales, cuesta 64.05 dólares por persona (mil 216.95 pesos mexicanos); es decir, 20% más que en 2021, cuando la misma cena costaba 53.31 dólares (mil 13 pesos mexicanos). Tan solo el famoso relleno tradicional del pavo, que lleva varios productos, subió en promedio 69% para este año.

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Según el mismo estudio, tres de cada 10 habitantes en la Unión Americana dejaron de comprar y consumir el tradicional pavo y en su lugar cenarán pollo, pizza, hamburguesa. En el caso de las comunidades latinas, las opciones son tan variables como exquisitas: empanadas, arepas, arroz con pollo, carnitas, pasta, pozole y un sinfín de posibilidades. Una de cada cuatro personas encuestadas dijo que no va a celebrar nada.

La parte más delicada tiene que ver con las personas que en el último año perdieron su trabajo y cuyo nivel socioeconómico bajó. “Me rompe el corazón ver amistades que hoy han tenido que renunciar a la vida que tenían porque no les alcanza”, comenta Lis Linan, desde Florida. “Se mudaron a una casa más económica, cambiaron de auto, buscan cómo resolver su día a día; son muchos, más de los que creeríamos”.

De acuerdo con Personal Capital, 33% de los encuestados dijeron que planean gastar menos que en 2021, es decir, menos del equivalente a mil 900 pesos mexicanos; 57% confió gastar lo mismo que el año pasado, alrededor de 2 mil 850 pesos mexicanos, y 15% estaba resignado a gastar más que eso.

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El costo actual de una cena de Día de Gracias no sólo tiene que ver con la inflación. El año pasado el Departamento de Agricultura de EU reportó un brote de gripe aviar, lo que hizo que alrededor de 50 millones de aves fueran sacrificadas, entre ellas, 8 millones de pavos, de tal suerte que este sector de mercado está lastimado.

Aunque cada año fundaciones e iglesias organizan una cena multitudinaria para reunir a familias de bajos recursos y personas que viven solas o están enfermas, “este año ha sido más difícil reunir los fondos, incluso con quienes acostumbran a donar para esta fecha; se les ha complicado”, dice la pastora Lynette, de la iglesia Christ Alive desde Carolina del Norte.

Otras organizaciones como clínicas para adultos mayores también llevarán a cabo su cena de manera “modesta, pero alegre y llena de amor”, comenta una de las voceras de Clinicalodge desde Kansas. “Estos son momentos muy importantes porque varios de ellos [hombres y mujeres de la tercera edad] están solos y de otra manera pasarían solos esta noche y no es justo”.

Para tratar de aminorar el golpe económico de esta celebración, varias cadenas de supermercados prometieron dejar el precio del pavo igual que en 2021. Algunos, incluso, organizaron algunas promociones a través de las cuales podían ganar un pavo gratis. Pero no es sólo el pavo, sino el relleno: hogaza de pan, tocino, salchicha, frutos secos, queso y algunas verduras al gusto, así como otros productos tradicionales: salsa gravy, salsa de arándanos (el único producto que bajó de precio), crema de verduras, puré de papa, ejotes preparados, coles de Bruselas, calabaza o boniatos, panecillos tiernos y la tarta de calabaza.

Este tipo de cena es hoy un verdadero lujo, “especialmente si los gastos corren por cuenta de un solo anfitrión. Es prácticamente imposible a menos que tengas mucho dinero”, señala Lis.

En el caso de los jóvenes, parejas o personas solas, se ha puesto de moda el llamado friendsgiving day, que consiste en juntarse y cada quien llevar algo. “Se juntan y unen sus posibilidades para pizzas o hamburguesas o pastas, sodas y quizá vino y cerveza”.

Entre risa y lamento, Alex confiesa que “para los latinos es mucho más pesado, porque somos tan tradicionalistas que no nos importa gastar y aún nos falta Navidad, Año Nuevo y Reyes. Pero creo que después de lo que hemos vivido [la pandemia] podemos hacer un esfuerzo adicional para que valga la pena seguir vivos al lado de nuestros seres queridos”.

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