San José

.- La profunda crisis política, institucional y socioeconómica de Nicaragua repercutió ayer con uno de los más fuertes golpes a la prensa centroamericana al anunciarse la desaparición de los periódicos El Nuevo Diario , uno de los principales matutinos de ese país, y Metro , un rotativo gratuito, y del medio digital Qhubo .

La desaparición de los tres medios fue atribuida por la comunidad periodística independiente nicaragüense al asedio del presidente de Nicaragua , Daniel Ortega , y de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo .

El Nuevo Diario

, fundado hace 39 años, anunció que decidió “descontinuar su publicación” por “dificultades económicas, técnicas y logísticas que hacen insostenible su funcionamiento”. Las tres publicaciones pertenecen a la firma ND Medios , vinculada a sectores financieros que operan en Centroamérica .

El colapso de los medios trascendió mientras arrecian los cuestionamientos a la pareja gobernante por violaciones de los derechos humanos y cercenar la libertad de prensa y de expresión.

Es un día “de luto nacional para la prensa independiente”, afirmó la (no estatal) Fundación Violeta Barrios de Chamorro, de Managua . El acoso al periodismo es un “acto cobarde” contra las libertades públicas, añadió la Fundación, que monitorea a la prensa en Nicaragua y honra a la octogenaria ex presidenta de ese país y viuda del periodista Pedro Joaquín Chamorro , asesinado en 1978 por sicarios de la dictadura somocista, que gobernó de 1934 a 1979.

La crisis nicaragüense estalló el 18 de abril de 208 por el masivo rechazo popular a una reforma a la seguridad social que el gobierno debió derogar, pero sin detener las protestas opositoras que detonaron un movimiento cívico antigubernamental que exige que Ortega y Murillo renuncien y permitan que Nicaragua retorne a la democracia.

Diversas publicaciones periodísticas independientes de Nicaragua responsabilizaron al dúo presidencial, catalogado por la oposición de dictadura dinástica, de hostigar desde abril de 2018 a medios y comunicadores, con decomiso de equipos, campañas de difamación y bloqueo aduanal del ingreso de materias primas.

Tras el inicio del conflicto, más de 65 periodistas nicaragüenses huyeron al exilio, otros fueron detenidos y ya liberados y uno murió ( Ángel Gahona ). Varios medios “no oficialistas” cesaron labores.

El Nuevo Diario

y La Prensa , otro rotativo de Nicaragua , denunciaron repetidamente que, por ser independientes, el gobierno prohibió a las aduanas desalmacenar y liberar gran cantidad de papel que importaron luego de abril de 2018.

Sin éxito, EL UNIVERSAL intentó obtener una reacción del gobierno sobre estos hechos. Ortega y Murillo rechazaron las acusaciones opositoras y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, instancia autónoma de la Organización de Estados Americanos , de ejecutar una incesante represión policial y paramilitar contra los opositores, con saldo de unas 325 víctimas mortales, según datos independientes. El gobierno aseguró que son 198 muertos.

agv

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