Madrid.— Cataluña tiene un nuevo presidente después de que Mariano Rajoy destituyera a Carles Puigdemont el 27 de octubre de 2017. Se trata de Quim Torra, un independentista radical decidido a seguir la confrontación con el gobierno central.

El Parlamento catalán aprobó ayer la candidatura de Torra en una segunda votación, por 66 votos a favor, 65 en contra y cuatro abstenciones, después de que perdiera la primera ronda, el sábado pasado.

Torra prometió en su discurso de investidura “evitar recuperar la normalidad” en Cataluña, mientras haya políticos encarcelados y fomentar “la movilización del pueblo” para lograr una “república catalana” mediante la recuperación de las 16 leyes secesionistas que los tribunales españoles anularon en el último año.

Desde que el presidente español, Mariano Rajoy, destituyó a Puigdemont y suspendió la autonomía de Cataluña con motivo de su declaración de independencia, la comunidad ha estado bajo control político y presupuestario del gobierno central de Madrid.

La condición que el gobierno puso para devolver a Cataluña el control de sus instituciones es que eligiera un nuevo presidente que obedeciera la Constitución. Con ese fin se convocaron unas elecciones en diciembre que volvieron a ganar por un estrecho margen los nacionalistas.

Desde entonces han pasado cinco meses en la que los juzgados han bloqueado los intentos de Puigdemont de ser nominado presidente sin regresar de su refugio europeo, primero en Bélgica y luego en Alemania, donde está retenido a la espera de que se resuelva una orden de entrega internacional a España.

Los otros candidatos propuestos por los nacionalistas, Jordi Sànchez y Jordi Turull, también fueron declarados inapropiados por los jueces al estar en prisión por participar en la declaración de independencia catalana.

Torra llegó como una apuesta de última hora de Puigdemont para evitar la convocatoria de unas nuevas elecciones por imperativo legal.

Con 55 años y sin cargos políticos previos, es un antiguo empleado de una aseguradora que abrió una editorial de publicaciones nacionalistas. Sus opiniones en contra de España y los españoles le hacen enormemente impopular ante Madrid y una buena parte de la sociedad catalana; sin embargo, es un hombre de confianza de Puigdemont y ha asegurado que respetará su voluntad y aceptará que siga marcando las líneas maestras de la política catalana desde Alemania.

La incógnita es si Rajoy y sus aliados en la decisión de suspender la autonomía de Cataluña (el Partido Socialista y Ciudadanos) desactivarán ahora el artículo 155 de la Constitución, que permitía esa medida extrema en caso de crisis, y devolverán sus poderes a Cataluña.

El presidente ya ha anunciado reuniones hoy con Pedro Sánchez (PSOE) y el jueves con Albert Rivera (Ciudadanos) para decidir qué pasos dar una vez que Torra haya nombrado su gobierno.

Torra ha asegurado que sólo acepta la autoridad del Parlamento catalán y Puigdemont.

“Agradezco la votación y al presidente Puigdemont por su generosidad. Viva Cataluña libre”, fueron sus primeras palabras en el cargo.

Ciudadanos exige a Rajoy que mantenga el 155. El presidente ayer pidió prudencia y se mostró partidario de devolver a Cataluña su autonomía y suspenderla sólo si Torra viola la ley.

“Lo que he escuchado a lo largo de las últimas horas no me ha gustado, pero como ya he señalado voy a juzgar los hechos. De cara al futuro vamos a apostar por el entendimiento y la concordia”, dijo Rajoy.

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