San José.— La colombiana Maryori Muñoz Sánchez, de 40 años, salió en la tarde del miércoles pasado a la puerta del consultorio de salud y belleza en el que laboraba en el piso 11 de un centro comercial en Colombia a atender a su expareja sentimental, el colombiano Luis Carlos Aguirre, de 68. La mujer regresó presurosa a su oficina y pidió auxilio porque no podía ver, se desvaneció y se le llevó con prisa a una clínica, donde falleció en la noche de ese día.

En un ataque pasional, Aguirre lanzó cianuro a Maryori en su rostro y huyó, pero su cadáver apareció en el tercer piso: el hombre también inhaló cianuro.

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El mortal incidente ocurrió en Medellín, capital del noroccidental departamento (estado) de Antioquia y conmocionó a Colombia. Maryori se sumó a la lista de mujeres y hombres víctimas de un tipo de agresiones con agentes químicos, abrasivos, cáusticos y biológicos que proliferaron en ese país.

“Los ataques con ácido que se dan contra mujeres son una de las expresiones más violentas del machismo”, afirmó la abogada colombiana Jimena Reyes, directora para las Américas de la (no estatal) Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH), de París.

“Es la voluntad de marcar a la mujer como si fuera un objeto. Denunciamos este fenómeno y estamos a favor [de] leyes especiales y [fuertes] sanciones para estos crímenes. Es una paradoja que Colombia o México estén entre los países en donde más se dan estos ataques y estén en una misma lista que Afganistán”, dijo Reyes a EL UNIVERSAL.

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“En Colombia y México las mujeres tienen los mismos derechos que los hombres. En el papel hay una igualdad. Se espera que [haya] castigo a los hombres que han acudido a estas actuaciones, en un trabajo de deconstrucción [demolición] del machismo ordinario”, subrayó. Tras abogar por “crear realmente una sociedad donde los hombres no consideren que las mujeres les pertenecen”, planteó que urge fomentar “relaciones de igual a igual, de amor y de sexualidad sanas y respetuosas del uno y del otro y de la libertad de cada uno”.

Un informe del (estatal) Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Colombia reveló que un promedio diario de más de ocho hombres y mujeres sufrieron ataques con agentes químicos, abrasivos, cáusticos y biológicos en 2022 en esa nación, en un incremento de 20% de casos con respecto a 2021.

Según las cifras oficiales, en 2022 se contabilizaron 3 mil 14 actos de ese tipo en Colombia frente a 2 mil 492 en 2021, para un aumento de 522. Del total, 2 mil 862 fueron agresiones con abrasivos contra mil 587 hombres y mil 275 mujeres, precisó el instituto.

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De acuerdo con los datos, el año anterior hubo 50 hombres y 50 mujeres atacados con químicos. Las agresiones con agentes biológicos sumaron 35 —19 hombres y 16 mujeres— y 17 con elementos cáusticos —12 mujeres y cinco hombres— en un proceso con tendencia al crecimiento.

La situación coincidió con el creciente número de los feminicidios. El instituto reportó que de 13 mil 32 personas asesinadas en 2021 en Colombia, 978 fueron mujeres, con 12 mil 50 hombres. En 2021, de 13 mil 341 asesinatos, mil 15 fueron de mujeres y 12 mil 320 de hombres, mientras que en las primeras cinco semanas de 2023 hubo 28, agregó.

“Resulta crítico que, en lo corrido de este año, de los 26 mil 445 casos judiciales que tienen a cargo nuestros defensores públicos, 97% es por violencias contra las mujeres”, advirtió el abogado colombiano Carlos Camargo, defensor del Pueblo de Colombia, en una declaración a este diario. Más de 49 mil procesos judiciales “con enfoque de género” hubo en 2021 y 2022, añadió el jerarca de la Defensoría, una instancia estatal que este mes destacó, al conmemorarse el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer, que a pesar del avance en derechos femeninos “la violencia basada en género continúa siendo una dramática realidad” y es sicológica, física, económica, sexual y patrimonial.

El feminicidio de Maryori sacudió a Colombia. La mujer salió a conversar con su excompañero sentimental en un centro de estética y el hombre la obligó a inhalar cianuro. Maryori retornó al consultorio y solicitó ayuda porque, según relató una de sus compañeras, “no podía ver”. Las córneas de Maryori mostraron el impacto del compuesto químico y, pese a que se desmayó, unos socorristas lograron llevarla con vida a una clínica, donde pereció.

El establecimiento comercial debió ser desalojado por precaución. El personal de salud que intentó salvar a Maryori también mostró los efectos indirectos de la agresión, porque reportó mareos, vómitos y dolores de cabeza.

Un recuento oficial reveló que Maryori cortó su relación amorosa con Aguirre por sufrir violencia intrafamiliar. La mujer presentó dos denuncias contra su victimario ante la Fiscalía General y la Comisaría de Familia de Medellín, pero nunca fueron adoptadas medidas preventivas o de protección. Trabajadores del centro comercial confirmaron que Aguirre visitó ese sitio en varias ocasiones y que en una oportunidad lanzó amenazas verbales contra su víctima. Maryori dejó dos hijos.

La (no estatal) Fundación Natalia Ponce de León, organización colombiana sin ánimo de lucro que defiende, promueve y protege los derechos humanos de víctimas de ataques con químicos y centro de referencia, debate y análisis sobre un fenómeno que exhibió un saldo demoledor, confirmó que hubo 151 ataques de 2016 a 2018 en Colombia.

La fundación fue creada por Natalia Ponce de León, de Bogotá. El 27 de marzo de 2014, Natalia, entonces de 33 años, fue atacada con un litro de ácido sulfúrico por Jonathan Vega, condenado a 20 años de prisión por intento de homicidio agravado.

Vega se obsesionó con Natalia. Según la fundación, 18.13% de las 151 agredidas de 2016 a 2018 tenía de 15 a 19 años y en porcentajes iguales de hombres y mujeres, mientras que 12.33% de los agresores fue una pareja o expareja, 67.12% carece de relación familiar con la víctima y 32.88% si tiene nexo de pariente.

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