San José.— Un antiquísimo refrán podría servir para comprender la magnitud de la realidad personal, familiar, social, nacional y regional en América Latina y El Caribe frente al impacto del Covid-19: “No cabíamos en la casa y parió la abuela”.

Tras la confirmación en Brasil del primer enfermo, el pasado 25 de febrero, el coronavirus se propagó por el resto de la zona.

En un corte realizado hace dos días, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) reportó la presencia de la pandemia en 37 países y territorios de América —con Canadá y Estados Unidos—.

La región tiene mucha experiencia en epidemias y brotes, pero debe prepararse para recibir gran cantidad de víctimas del Covid-19, advirtió el médico dominicano Marco Espinal, director del Departamento de Enfermedades Transmisibles y Análisis de Salud de la OPS, a EL UNIVERSAL.

“Si [los casos] pasan en naciones muy ricas, con una gran infraestructura, como Europa que es el centro de atención ahora, no podemos descartar que vaya a pasar en nuestros países”, alertó.

Aconsejó acelerar las capacidades básicas del reglamento sanitario internacional, con áreas de aislamiento, hospitales preparados y puntos de entrada listos para cortar la cadena de transmisión, para una cuarentena.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) pronosticó el pasado jueves que, por efecto de la enfermedad, habrá una contracción de -1.8% del PIB de la región, así como un alza en la zona de la pobreza y de 10% en el desempleo.

El pronóstico de diciembre pasado del crecimiento económico de América Latina y El Caribe, de sólo 0.1% en 2019, fue de 1.3% para este año, pero sin Covid-19, y “las proyecciones” fueron revisadas “a la baja”, anunció Alicia Bárcena, secretaria Ejecutiva del organismo.

Con respuesta en los países de la región, las vías son diversas: imponer cuarentenas nacionales y toques de queda de confinamiento; blindar fronteras aéreas, marítimas, fluviales y terrestres; restringir la movilidad humana, así como suspender clases y cancelar actos públicos sociales y políticos, entre otras acciones.

Las reservas de fármacos, insumos, equipos médicos, alimentos y otros artículos de consumo esencial fueron reforzadas. Además, ante el brote de coronavirus, América Latina y El Caribe sufrieron la caída de sus mercados comerciales, financieros o bursátiles.

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