Washington.— Los efectos de la pandemia de coronavirus en Estados Unidos duran más de lo que el presidente Donald Trump quisiera, cada vez es más difícil ocultar su frustración y las ganas de cambiar el relato de una realidad que muestra que el país ha superado los 70 mil muertos, que hasta hace poco era la cifra máxima de víctimas que iba a dejar el Covid-19.

Trump tiene entre ceja y ceja la reapertura de la Unión Americana para tratar de remontar una situación económica en depresión y lo que hasta ahora era retórica va a ponerse en práctica en breve: antes de que acabe este mes va a desmantelar el equipo especial a cargo de la gestión de la crisis liderado por expertos en salud. “Han hecho un buen trabajo, pero estamos buscando una cosa un poco diferente: seguridad y apertura. Tendremos un grupo distinto”, declaró Trump desde Arizona, en el que fue su primer destino fuera de Washington desde hace más de un mes, y que en lugar de un viaje oficial fue un mitin electoral.

Nada importa que la cifra de decesos se elevara, en un día, a 2 mil 333, o que la proyección de contagios se vaya a multiplicar exponencialmente ni que el cálculo total de muertos se elevara el lunes hasta más de 134 mil, casi el doble de los contabilizados hasta ahora, cifra superior a los estadounidenses que murieron en la Primera Guerra Mundial. Erróneamente, el gobernante dijo que esas cifras no contabilizaban medidas de mitigación y quitó importancia a los datos.

Trump sigue obsesionado con no tener el país “cerrado por los próximos cinco años”, y no dejó dudas que prioriza eso que las recomendaciones de sus expertos. “¿Habrá gente que se verá gravemente afectada? Sí, pero tenemos que conseguir abrir nuestro país y tenemos que lograr abrirlo pronto”, sentenció.

A pesar de visitar una fábrica de cubrebocas, Trump continuó sin protegerse las vías respiratorias: sí se puso unas gafas protectoras mientras visitaba la planta industrial.

No es que la crisis haya aminorado, a pesar de que Trump diga que el país entró en una “nueva fase de la batalla: la reapertura segura, por fases y gradual”, en la que se pueda volver a la normalidad con ciertas medidas de distancia social e higiene. Los muertos se acumulan, la curva no se aplana y los expertos recomiendan mantener la guardia.

Advierten por cepa del coronavirus más contagiosa
Advierten por cepa del coronavirus más contagiosa

“La historia es preocupante, hemos visto una forma mutada del vector que en marzo se convirtió en la forma pandémica dominante”, advirtió en su Facebook Bette Korber, bióloga computacional que encabezó el estudio.

“Cuando los virus con esta mutación llegan a la población, superan a la epidemia local y se vuelven más transmisibles”, añadió la experta.

Esa mutación, de acuerdo con los primeros análisis, puede hacer que las personas sean vulnerables a una segunda infección después de haber sufrido una primera.

La existencia de mutaciones puede hacer más compleja la búsqueda de una vacuna universal.

En el intento de esclarecer qué pasó para que la respuesta haya sido tan deficiente en Estados Unidos, la posibilidad que se vayan conociendo interioridades sobre la toma de decisiones tiene cada vez más opciones. Este martes se dio a conocer la queja del doctor Rick Bright, degradado del liderazgo de la autoridad biomédica del Instituto Nacional de Salud y encargado de la investigación de vacunas por, según su versión, su “insistencia” de centrarse en soluciones “seguras y científicas” contra el coronavirus.

“Falta de liderazgo puso en riesgo a estadounidenses”

“La falta de liderazgo y acción han puesto la salud y seguridad de todos los estadounidenses en riesgo de no estar protegidos del coronavirus mortal, incluso cuando la vacuna esté disponible”, escribió en su queja. Bright testificará el jueves 14 de mayo en la Cámara de Representantes, según informaron sus abogados. Dos días antes, y ante una comisión del Senado, los más altos rangos del equipo de salud del gobierno rendirán cuentas sobre la gestión de la pandemia.

Entre los funcionarios que comparecerán ante los senadores se espera que esté el doctor Anthony Fauci, una de las únicas voces confiables dentro de la administración y quien, en una entrevista reciente en National Geographic, se salió del discurso oficial de la teoría que el virus fue creado en un laboratorio chino, al decir que no hay prueba “científica” de ello.

Una sentencia que compartió el jefe del Estado Mayor, el general Mark Milley, quien declaró que la evidencia sugiere que es un “virus natural” y que su diseminación fue “probablemente no intencional”.

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