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La Marcha del Orgullo sobre Paseo de la Reforma fue sólo el inicio de la celebración de la diversidad y respeto a los derechos que culminó hasta la madrugada de este domingo en Zona Rosa.
Entre baile, canto y bebida, la comunidad LGBTTTIQ+ festejó a lo grande en bares, restaurantes y antros que lucieron llenos, después de dos años de la pandemia de Covid-19.
Las calles emblemáticas de Zona Rosa, como Amberes y Génova se convirtieron en olas de gente, que por momentos formaron largas filas de personas para acceder a los antros y bares, donde había un cobro mínimo de 50 pesos.
Aunque las medidas para mitigar el alza de contagios de Covid-19 se mantuvieron para acceder a espacios cerrados mediante el uso obligatorio de cubrebocas, ya en el antro, entre la música y el baile, la mascarilla pasó a un segundo plano.
Opciones para los distintos bolsillos
Ayer, la oferta para divertirse fue desde asistir a discotecas como Macho, Malva y King, con alta demanda de asistentes, hasta la vendimia instalada sobre calle Amberes, donde hubo bebidas para todos los bolsillos.
La venta de latas de cerveza a 40 pesos, micheladas, mojitos; cerillos desde 90 pesos, hasta tacos de canasta, hamburguesas, helados, frutas; incluso, hubo espacio para aquellos asistentes que economizaron, llevando su propia bebida y comida.
Marco Marquesa aseguró a EL UNIVERSAL que “el festejo apenas comienza y va para largo, hasta las cuatro de la madrugada y por supuesto, hasta que el cuerpo aguante”.
“Me siento muy orgulloso, sobre todo por la gente que nos apoya, no sólo de la comunidad, sino de los heterosexuales que están a favor de que se respete nuestra identidad. Me ha sorprendido la cantidad de gente que vino este sábado. Siempre he estado en las marchas y este año me ha impactado”, dijo.
Mientras que para Laeyla, el arribo de visitantes fue sorprendente: “Trabajo aquí, y ver tanta gente reunida es maravilloso. Llevo nueve años en este antro, y esta es la primera vez que veo este poder de gente que ya está en la libertad de decir: ‘Esto soy y no me importa lo que digan’”.
Víctor Segoviano acudió con sus amigos y se dijo feliz. “La pasamos increíble. Es momento de bailar, celebrar y no podemos explicar la emoción que sentimos de ver cómo nuestros derechos son defendidos”.
También Carolina acudió con sus amigas y optaron por llevar sus propias bebidas: “No traemos mucho dinero, pero lo importante es celebrar. Hoy nos dan la libertad de poder convivir y divertirnos trayendo nuestras propias bebidas, así economizamos; además, pusieron música gratis, está buena para bailar y seguirnos divirtiendo”.
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