Hacer tu propia cerveza  a nivel casero

, aunque no es una labor sencilla, tampoco es cuestión de otro mundo. Para su elaboración no se necesitan ingredientes especiales y fuera de nuestro alcance. La mayoría de las cervezas se componen de cuatro elementos principales: agua, malta, lúpulo y levadura.

Según José Aguilar Méndez, maestro cervecero de Concordia desde hace ya más de cuatro años, antes de iniciar con el proceso debes tener en consideración tres aspectos. El primero de ellos es la tolerancia a la frustración. “Es muy sencillo hacer cerveza, pero de ahí a que quede buena es otra cosa. Debes ser muy paciente, porque tarda 30 días en completarse y, al final, puede que te des cuenta de que sabe a todo menos a chela. Eso resulta muy decepcionante porque hay que empezar de nuevo”, explica José.

Lo segundo es saber exactamente qué estilo quieres lograr: “si voy a hacer una bitter —una versión más amarga de la Pale Ale— ya tengo presente que lleva malta pale clara. Es jugar con los ingredientes hasta lograr lo que buscas”, asegura el experto.

“Por último, se necesita creatividad. No se trata de hacer clonaciones, podemos basarnos en un estilo, pero darle un toque personal. Es un juego de experimentación y de imaginación”.

Para hacer cerveza en casa, los expertos nos explican los pasos a seguir.

1. Malteado

La chela se puede elaborar con diferentes cereales, pero el más utilizado es la cebada. “Los granos se convierten en malta cuando se germinan e interrumpimos de golpe su proceso, de este modo sufren otros cambios diferentes en su estructura y desarrollan otro tipo de enzimas”, explica el experto Rodolfo Andreu, fundador de Cervecería Primus.

Cuando las raíces o brotes tienen la misma longitud que el mismo grano, ahí es el momento para detener la germinación.

Lo siguiente es tostarlos: “Se puede hacer en un horno común de cocina, a unos 150° C; y, dependiendo del tiempo que permanezcan dentro, obtendremos una cerveza clara y suave o una oscura e intensa; podemos dejarlos desde 10 minutos hasta una hora”, explica Rodolfo.

Después, los granos se triturarán en un molino casero o, bien, en una licuadora hasta obtener una consistencia parecida a la harina, pero con mucho más volumen. “En las tiendas ya te venden dos o tres kilos de malta preparada, pero debes tener muy presente las cualidades de cada tipo: su color, densidad y cuerpo”, advierte.

2. Maceración 

Al proceso se le conoce así porque es cuando el almidón de la malta se convierte en azúcares fermentables , que servirán de alimento a la levadura. “Se mezclará con agua a una temperatura de 65-75° C durante una hora y media”.

El agua es un elemento fundamental. A pesar de que parece no tener sabor, posee propiedades físico-químicas que cambian por completo el perfil de sabor de una cerveza. “Por ejemplo, si vives en México y te mudas a Chile, el tipo de agua es diferente y, aunque sigas la misma receta de cerveza con los mismos ingredientes, te sabrá diferente”.

Al final de la maceración, hay que filtrar el producto resultante para separar algunos restos sólidos de nuestro mosto —líquido denso y dulce—, utilizando una coladera o cuba de filtrado, explica el maestro cervecero.

3. Cocimiento 

En esta fase se le agrega el lúpulo, una planta que le da ese amargor característico a la chela. “Algunos son cítricos, otros frutales y otros herbales. Podemos usar cualquiera, depende qué es lo que queremos lograr”.

Este paso recibe ese nombre, ya que la malta se va a hervir junto con el lúpulo por dos horas, “agregando más agua para compensar lo que se perdió por la evaporación. Es una etapa bien importante, porque define el color, aroma y el sabor”. Esto también ayudará a detener el crecimiento de microbios o bacterias que pudieran contaminar la mezcla.

4. Fermentación 

“Antes se debe enfriar lo más rápido posible, puedes colocar de inmediato la olla sobre una cama de hielo o en una nevera portátil.”

Lo siguiente es fermentar el mosto con ayuda de la levadura, que convertirá los azúcares en alcohol y finalmente en nuestra cerveza.

La mezcla se vierte en un recipiente: “Puede ser un garrafón de plástico. Debe dejarse tapado, para evitar la contaminación con otras bacterias, pero no completamente sellado, porque la acumulación de dióxido de carbono generaría cambios de presión y que podrían causar una explosión”, comenta Rodolfo.

5. Maduración

Lo ideal es dejarlo por, al menos, dos semanas, “en un lugar fresco y oscuro, con una temperatura estable, para bajar su densidad”.

Se puede estar seguro de que el proceso de fermentación ha finalizado cuando el líquido produce cada vez menos burbujas.

6. Embotellado 

Cumplido ese lapso, la cerveza puede pasar a la botella. “Con la ayuda de un colador se vierte el líquido para evitar que se vaya algún sólido”.

Pero, antes de cerrar las botellas, hay que añadir azúcar común, “media cucharadita aproximadamente, por cada litro producido. La levadura necesita de esa sustancia para producir el gas que todos le conocemos a la cerveza”.

Compra tus insumos y aprende a hacer chela

Existen páginas web en México —algunas con sucursales físicas— que se especializan en proveer todo lo necesario, desde los ingredientes (malta, lúpulo y levadura), hasta el equipo para que puedas elaborar tu chela. Algunas también imparten cursos y talleres para que aprendas a fermentar paso a paso.

MICerveSA

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Difusa

Website: difusa.com.mx

Tu Chela

Dirección: Xicoténcatl 116, col. Del Carmen

Tel: 5604-5934

Horario: lun-vie de 10:00 a 19:00 hrs.

sáb de 10:00 a 16:00 hrs.

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Hazchela Insumos Cerveceros

Dirección: Calzada Ermita Iztapalapa 2164, col. Constitución de 1917

Tel: 55 6796 5154

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