Pensar sistémicamente supone entender que México no es una isla. Nuestro país forma parte de un complejo sistema global compuesto de partes e interacciones que van desde lo económico y lo político hasta otros temas como lo social o la seguridad. Por lo tanto, lo mucho que tenemos que hacer al interior de nuestro país no es suficiente para atender problemas entretejidos que interconectan a los factores internos con los factores externos. La política exterior representa el vínculo entre esas esferas , y cuando se diseña de manera adecuada, consigue fortalecer los intereses de cierto país a partir de estrategias de acción que se implementan o proyectan hacia afuera del mismo. Pero para entender que actuar adentro no basta, lo primero es comprender cómo se conforma ese sistema de interacciones complejas a nivel global, efectuar un diagnóstico de cómo estamos en relación con ese sistema global y luego entonces, plantear acciones concretas para incidir favorablemente en ese sistema en beneficio de nuestro país. Este diagnóstico y planteamiento, por supuesto, incluye, pero no se limita a las relaciones México-EU o nuestras ideas acerca de Trump, incluye, pero no se limita a nuestra región inmediata, incluye, pero no se limita al comercio y la migración. El debate de México en el mundo era una gran oportunidad para contrastar ideas entre candidatos acerca de cómo entienden ese sistema complejo, y acerca de qué puede hacer nuestro país para incidir en él a favor de nuestros intereses. Y fuera de algunos vagos esbozos de ideas sobre política exterior, esa oportunidad se pierde, favoreciendo en cambio la discusión, nuevamente, sobre temas de política interna, además del amplio espacio dedicado a recordarnos nuestras propias disputas, y eso sin mencionar las correspondientes agresiones. Entiendo que, en una campaña electoral, estas son cosas que deben esperarse en los debates y entiendo que un debate entre candidatos consta de asuntos y tiempos limitados. Pero la función de un espacio como este blog no es ir con la corriente de lo que los candidatos quieren o deciden decirse entre ellos, sino explicar algunos de los temas que en nuestra visión debieron estar presentes de manera mucho más firme y de los cuales hubiera sido muy provechoso escuchar propuestas contrastadas.

Tema conceptual: política interna y política exterior no son lo mismo

La primera parte es conceptual. Entender que el sistema internacional del cual formamos parte no está compuesto solo por nosotros es un paso inicial . El segundo es evaluar cómo es que lo que sucede afuera (no solo en EU y en Centroamérica) nos afecta y cómo es que lo que ocurre en nuestro país afecta al sistema. Luego, es indispensable diagnosticar cómo estamos en relación con ese sistema y si acaso hay acciones concretas que debemos llevar a cabo para incidir en ese sistema de manera favorable a nuestra propia agenda.

AMLO inicia diciendo que la mejor política exterior es la interna. Los otros candidatos no lo dicen así, pero su concentración en temas internos refleja que su pensamiento no es demasiado distante de esa concepción. En el debate hay, efectivamente, algunos esbozos de política exterior en temas como la mejor manera de enfrentar a Trump y sus políticas, la necesidad de cooperar con Centroamérica para atender problemas de migración, la necesidad de fortalecer la acción de nuestros consulados para proteger los derechos de los migrantes e incluso, por parte de AMLO, la propuesta de reactivar una Alianza para el Progreso revivida para desarrollar nuestra región a fin de combatir temas como migración y seguridad. Todos esos temas son importantes y legítimos.

Sin embargo, en mi opinión, nos quedamos cortos en lo esencial: el funcionamiento del sistema internacional (más allá de nuestro país y nuestra región inmediata) y la necesidad de incidir en él. Para explicar a qué me refiero, propongo lo siguiente: en estos días, está teniendo lugar una cumbre anual sobre temas globales en Bratislava, Eslovaquia, organizada por una importante institución dedicada al análisis y propuestas llamada GLOBSEC. Comparto algunos de los temas que están siendo discutidos en esa cumbre, y explico en qué sentido pienso que los candidatos podrían haber efectuado propuestas más concretas al respecto de esos temas…si es que realmente estábamos pensando en “México en el mundo”, y no en “México y Trump” o “México en su región”.

Multilateralismo: El "Me-first” (Yo-primero) sin reglas

Así se plantea en el foro de Bratislava, la embestida del America First de Trump, seguido por otras ideas similares que ya están siendo aplicadas en otros países. En el sumario de GLOBSEC se apunta lo siguiente: “El mundo necesita un Renacimiento Multilateral , un término propuesto por Miroslav Lajak, para superar la actual desaceleración de la seguridad y la coexistencia global. Esto debería venir con un replanteamiento no acerca de qué se dice, sino acerca de cómo se dice. El diálogo es la clave y ese diálogo debe buscar equilibrar las narrativas conflictivas.

“Las narrativas conflictivas de hoy son multilateralismo vs antimultilateralismo . Sin embargo, ninguna de las partes ha presentado propuestas constructivas y alternativas sobre la mesa. Esta es también la razón por la cual las Naciones Unidas (ONU) son el mejor formato de trabajo, universalmente aceptable”.

A mí me hubiera encantado escuchar la reflexión de cada uno de los candidatos al respecto de esos planteamientos: ¿Favorece ese candidato el multilateralismo? ¿Entiende que ese multilateralismo se encuentra bajo asedio y entiende cómo es que México puede ser afectado por ello? ¿Qué acciones concretas propondría implementar para detonar ese “Renacimiento Multilateral” propuesto por Lajak? ¿Con qué países o actores se aliaría para hacerlo? ¿Cómo aportar mayor relevancia a organizaciones internacionales como la ONU en tiempos tan difíciles para esos organismos?

Economía global: ¿Qué tan justo y libre puede ser el comercio internacional?

Esta es la pregunta que se plantean las discusiones en Bratislava. Evidentemente el tema rebasa al Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Es decir, la pregunta que tendríamos que estarnos planteando es si México debe o no debería formar parte de un esfuerzo conjunto mayor para asegurar que los diseños globales que han sido implementados a lo largo de décadas para garantizar que el libre flujo de mercancías y servicios permanezcan relevantes y vigentes . ¿Están o no están los candidatos a favor de estas reglas sobre comercio y economía global, y si no lo están, qué propuestas tienen para mejorarlas? ¿Conocen de esfuerzos globales para intentar contrarrestar el creciente proteccionismo por parte de países como EU y su embate contra la Organización Mundial de Comercio? ¿Cómo podría afectarnos el no actuar en esta esfera? ¿Qué propuestas concretas sugerirían los candidatos para incidir favorablemente en esta materia? ¿Cuál es la visión de cada uno de ellos para lograrlo?

Más aún, se concluye en el foro de Bratislava: “La creciente desigualdad también está detrás de la ola del populismo y el aumento del aislacionismo”. ¿Hasta qué punto se entiende que la desigualdad no solo existe en México, sino que se trata de un fenómeno global con efectos que repercuten en todo el sistema, incluido nuestro país? ¿Qué propuestas hay para colaborar multilateralmente a fin de atenuar esa desigualdad entre regiones, entre estados, entre organizaciones y entre personas a nivel internacional? Entendiendo que México es una de las 15 economías más grandes del planeta, ¿debe jugar algún rol en este tema?

Dimensión internacional del crimen organizado y corrupción

La dimensión internacional del crimen organizado pocas veces está en nuestro radar. Solo el 0.1% de las conversaciones de los cientos de personas con quienes hemos llevado a cabo entrevistas de profundidad en casi todos los estados del país, además de la capital, hablan de la parte internacional de la delincuencia organizada. Esto, que hemos detectado como un patrón en nuestras investigaciones, tiende a replicarse, aunque en menor medida, en una parte de la cobertura mediática sobre el tema. Es decir, parece que nuestra atención se encuentra muy concentrada—lo cual se entiende—en los factores internos que mueven al crimen organizado, desde la debilidad de nuestras instituciones, la impunidad o la corrupción, hasta otros temas como la desigualdad o la falta de acceso a oportunidades. Todos esos factores y muchos más, pueden ayudar a entender una parte fundamental del problema, pero no su totalidad, y, por lo tanto, pensar en resolverlo exclusivamente a partir de lo interno sin incorporar la dimensión internacional—lo que incluye, pero no se limita a la demanda de drogas—será siempre insuficiente . Entiendo que el panorama no es simple, pero evadirlo tampoco ayuda.

Por ejemplo, la institución que refiero, GLOBSEC, se encuentra desarrollando varias líneas de investigación acerca de la colaboración entre grupos terroristas y organizaciones del crimen organizado. El reporte sobre crimen organizado publicado por la Unión Europea (UE) en 2017 es altamente revelador. La información indica que, a pesar de la fortaleza institucional y estructural de la mayor parte de los países miembros, en la UE existen más de 5,000 grupos de crimen organizado con operaciones internacionales, las cuales tienen lugar en 180 naciones del globo (países entre los que, sobra decir, México está incluido). El reporte explica que la gran mayoría de esas organizaciones criminales tienen actividades en al menos tres países diferentes y que casi la mitad de ellas se encuentra involucrada en más de una empresa criminal, no solo el tráfico de drogas.

Por lo tanto, hablar del impacto de la corrupción no solo a nivel interno, sino a nivel internacional y sus repercusiones en temas de seguridad, los esquemas globales de lavado de dinero, de tráfico de armas y personas (más allá de EU, porque las operaciones criminales de cárteles mexicanos no se limitan a EU), supone efectuar diagnósticos y adoptar políticas para atender esos diagnósticos de manera internacional y colaborativa. ¿Qué piensan los candidatos acerca de todo eso? ¿Qué propuestas concretas de colaboración multilateral estarían dispuestos a favorecer para mitigar los impactos de estos temas? ¿Estarían dispuestos a participar en alguna iniciativa regional, continental o global para golpear a la corrupción internacional o las redes de lavado de dinero transnacionales? ¿Cómo entiende cada candidato este panorama?

Otros temas como Ciberseguridad o Cambio Climático

Se dice en GLOBSEC: “ Vivimos en un estado de ciberconflicto permanente que probablemente continuará en el futuro previsible. No hay caminos claros para responder a los conflictos cibernéticos. Esto significa que los estados, los organismos internacionales y los perpetradores de delitos cibernéticos no saben cómo serán las respuestas, lo que se suma a la confusión que rodea a la guerra cibernética”. México, claramente, no se encuentra exento de este entorno. Más aún, no se trata de retos que nuestro país pueda resolver en solitario. ¿Qué piensa de este tema cada candidato? ¿Tiene alguna propuesta concreta de cooperación con otros países para atender esos riesgos? Y si no la tiene, ¿la adoptaría? ¿Cómo lo está contemplando? ¿Cómo percibe ese candidato que se debe actuar en lo internacional a fin de reducir este tipo de riesgos?

En cuanto al tema climático ocurre algo similar, ¿qué diagnóstico tiene cada candidato acerca de cómo vamos a ser afectados por un tema tan importante que no podemos resolver solos? ¿Qué propuestas concretas tiene ese candidato para intentar contrarrestar el golpe que recibió el acuerdo climático de París a raíz de la salida de EU del mismo? ¿Qué está pensando cada candidato hacer para cooperar con otras naciones a fin de mitigar los posibles impactos que podríamos sufrir en esta materia?

Estos no son todos los temas, son solo ejemplos, pero reflejan una muestra del tipo de discusión que a muchos nos gustaría escuchar a estas alturas de la campaña-

En resumen, el debate fue empelado mayormente para discutir cuestiones de política interna y diferencias programáticas entre candidatos, y, salvo algunos momentos y propuestas para atender temas de la agenda bilateral México-EU o cuestiones de nuestra región más inmediata, mi opinión es que se desaprovecha la oportunidad para elevar el nivel de la discusión hacia temas que hoy tienen al planeta verdaderamente preocupado, cuestiones que nos afectan enormemente, y que hubiesen aportado mucho sentido a la idea de tener un debate sobre el papel de México y el mundo.

Twitter: @maurimm

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