CDMX

La Ciudad en el Tiempo: cigarrera “El Buen Tono”

La Ciudad en el Tiempo nos lleva a un recorrido gráfico por el pasado de la desaparecida compañía cigarrera El Buen Tono fundada como sociedad anónima en 1894, por el francés Ernesto Pugibet

Vista de la fábrica de cigarros "El Buen Tono" alrededor de 1905. La toma corresponde a la actual esquina de Ernesto Pugibet y Buen Tono, frente a la Plaza de San Juan; hoy en su lugar se encuentra la antena de Telmex. La fachada es parecida a la de los edificios que están junto a la iglesia, pero no es la misma. Imagen: Col. C. Villasana - R. Torres
La fachada y entrada principal de la fábrica de cigarros en la esquina de la calle de San Antonio, hoy llamada Ernesto Pugibet, y Buen Tono, antiguo Callejón de Chiquihuiteras, en 1904. El espacio que dejó la fábrica hoy lo ocupan la antena de Telmex y las oficinas del Metro. La imagen fue captada desde la Plaza de San Juan.
Una imagen publicitaria del quinteto “EL BUEN TONO” tomada por el conocido fotógrafo H.J. Gutiérrez en los años veinte. El nombre del quinteto, junto con la marca de los cigarros aparece inscrita en los sombreros y el morral. Imagen: Col. Particular
Mujeres de distintas edades trabajan en la elaboración de los cigarrillos en la fábrica de el BUEN TONO, S.A. a inicios del siglo XX. La toma corresponde a la sala de las máquinas engargoladoras. Las utilidades de la empresa permitía brindar a sus empleados un buen salario, atención médica, colegios gratuitos y habitaciones a bajo precio. Imagen: Col. Villasana-Torres
La multitud se congrega en los alrededores de la Plaza de San Juan, durante la Inauguración del Templo de Nuestra Señora de Guadalupe, también conocido como la Iglesia de "El Buen Tono", el 12 de diciembre de 1912. Esta construcción es obra de Miguel Ángel de Quevedo y fue edificada por Ernesto Pugibet, propietario de la vecina fábrica de cigarros El Buen Tono. Imagen: Col. Particular
Una fotografía de los años veinte en la que se aprecia la “Gran Sala de Encajetillados” de la fábrica de cigarros “El Buen Tono, S.A.”. Como dato curioso, Su Majestad, Don Alfonso XIII concedió a Pugibet el permiso de plasmar el escudo de las reales armas de España en todas las envolturas y etiquetas de los famosos cigarrillos que llevaban el nombre Alfonso XIII. Imagen: Col. Villasana-Torres
Un grupo de mujeres trabaja en una de las salas de selección de tabaco en las instalaciones de la fábrica de cigarros El Buen Tono alrededor de 1910. Este inmueble se encontraba en el barrio de San Juan; hoy el lugar está ocupado por instalaciones de Telmex y el Metro. Imagen: "México en el centenario de su independencia"
El cruce de las avenidas Bucareli y Chapultepec y la calle de Turín a inicios de los años setenta. Destaca el conjunto habitacional de El Buen Tono, también conocido como Conjunto Mascota, construido entre 1912 y 1913 por Miguel Ángel de Quevedo. Imagen: Col. Mario González
Una fotografía de los años setenta de una de las privadas del conjunto habitacional de El Buen Tono.
03/06/2017 |23:00
Redacción El Universal
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De la mano del empresario francés Ernesto Pugibet, nace a finales del siglo XIX una de las más importantes cigarreras de la república mexicana: “El Buen Tono”.

Además del consumo nacional, sus productos eran exportados exitosamente a Europa y Estados Unidos, habiendo recibido en aquellos días los prestigiosos premios en dos concursos internacionales, el de la Exposición Universal de París y el de St. Louis Missouri.

El crecimiento de la empresa fue enorme, por lo que en 1904 inicia la ampliación y construcción de un magnífico edificio en las inmediaciones de la Plaza de San Juan y el antiguo mercado del mismo nombre. La construcción abarcó toda la manzana que entonces comprendió las antiguas calles de San Juan, San Antonio, Chiquihuiteras, Delicias y Misterios.

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Pugibet fue un pionero en el mundo de la publicidad y halló novedosas formas de promocionarse y dar a conocer sus marcas de cigarros; desde los carros alegóricos en las famosas fiestas florales de la época Porfiriana hasta un  dirigible que surcaba los cielos con su propaganda. Era costumbre que las principales divas del teatro anunciaran y recomendaran sus productos.

Pugibet construyó hogares para sus empleados y siempre creyó en la igualdad de condiciones laborales sin importar el género. El legado de esta famosa fábrica y el nombre de su dueño, continúan vigentes en varias de sus obras y algunas calles de la ciudad.