Hace dos meses y contra su voluntad, Citla debió ser sacado de su hogar y llevado al municipio poblano de Ciudad Serdán, asentado en las faldas del volcán. Era necesario para salvarle la vida. Había sido atacado por un perro Alaska, propiedad de un hombre procedente del Distrito Federal que subió al refugio en un Volkswagen.

La agresión fue brutal: una dentellada le cortó su yugular, dos costillas y una de su patas quedaron fracturadas; y su hocico fue atravesado por el colmillo del atacante que recibió órdenes de su amo. El animal, a punto de morir, se refugió en la Cueva del Muerto, donde lo rescataron.

Recibió atención médica especializada y un gran número de alpinistas se solidarizó con su compañero y guía y pagó medicamentos y alimentos. Citla se restableció al 100%, pues de paso se le curó uno de sus ojos que presentaba una catarata.

Ya se encuentra de regreso. Era difícil contenerlo. Cada vez que se abría el portón de la casa donde recibía cuidados, salía corriendo hacia el volcán.

Feliz y moviendo la cola se le vio cuando se enfilaba a la cara sur del Pico de Orizaba… se perdió en los agrestes caminos y en la blanca nieve, donde siempre esperará a los hombres para ayudarlos.

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