Juchitán.— La persona al otro lado del auricular se escucha preocupada. Pide que la ayuden a sacar a una mujer y sus tres hijos de una de las comunidades indígenas de la Sierra Mixe-Zapoteca, antes de que los maten los familiares de su recién fallecida pareja.

De este lado del celular, la responsable del Refugio Regional de Mujeres Indígenas China Yodo responde al llamado de auxilio, la contingencia sanitaria no es justificación para no brindar la ayuda; es algo de vida o muerte.

El esposo de la mujer rescatada murió repentinamente de una enfermedad en un hospital de la región y los familiares la abandonaron a su suerte en la ciudad, sin dinero ni documentos.

Como pudo, se regresó al pueblo, pero ahí la acusaron de ser la responsable de la muerte de su pareja, con el argumento de hechicería, así que le quemaron todo, incluyendo su ropa; ella, de milagro, se salvó de ser linchada.

La autoridad municipal apenas la pudo resguardar, pero no lograba controlar a los agresores, así que pidió ayuda al único refugio indígena de mujeres en situación de violencia extrema que existe en Oaxaca y que se ubica en el Istmo de Tehuantepec.

“Por esa razón no podemos cerrar, pese a la emergencia sanitaria no podemos dejarlas morir, si nosotras no hiciéramos nada por esta mujer la hubieran quemado por creencias arcaicas y violentas. A pesar de tener una pandemia, no podemos cerrar nuestras puertas, porque la violencia contra las mujeres y los feminicidios rebasan toda contingencia”, dice Rogelia González Luis, directora del Grupo de Mujeres 8 de Marzo, que administra el refugio.

A pesar de ello, tampoco desestiman las recomendaciones de la Secretaría de Salud (Ssa) para prevenir el contagio del coronaviurus; al contrario, en el interior del refugio se refuerzan las medidas de prevención con gel antibacterial y cubrebocas: a cada una de las ocho familias que están ahí actualmente se les entrega un paquete.

Las trabajadoras del refugio extreman medidas de higiene antes de entrar en contacto con las usuarias y sus hijos, las atenciones sicológicas y médicas también se hacen con cubrebocas. Además, se sigue el protocolo de examinar y aplicar un cuestionario a cada mujer que llega, sobre sus últimas enfermedades y padecimientos.

Sin recursos

Como si enfrentar una pandemia altamente contagiosa atendiendo en estos días de emergencia a ocho familias con 15 niños fuera fácil, en este lugar todo ese trabajo se realiza sin recursos, pues la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) no libera el dinero destinado a refugios, y que aquí se usa para atender necesidades de mujeres en condición de extrema violencia.

La situación es tal que las trabajadoras laboran de manera voluntaria durante los primeros meses del año, puesto que los recursos se liberan hasta mayo.

Por ello, la Red Intercultural de Refugios, a la que pertenece el Regional de Mujeres Indígenas China Yodo, lanzó un llamado de auxilio a la SHCP ante el Covid-19 y la grave crisis de violencia que ha convertido al Istmo en la región más letal para la población femenina de Oaxaca, ya que concentra 66 de los 269 asesinatos de mujeres, de ellos sólo 12 se indagan como feminicidio.

En su llamado de auxilio el refugio pide que, de manera urgente, se liberen los recursos etiquetados en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020 en el Anexo 13-A Erogaciones para la Igualdad de Género.

Dichos recursos pertenecen al ramo 12 de salud y están contemplados en la acción 448, como subsidios para refugios y centros de atención externa de albergues para mujeres víctimas de violencia. La bolsa destinada a dicho rubro es de 400 millones de pesos.

“Los espacios de atención integral multidisciplinaria como los refugios y sus centros de atención externa, en todo el territorio nacional están operando a su máxima capacidad sin recursos suficientes, brindando atenciones y servicios a las mujeres y sus hijas e hijos. Ante esta emergencia sanitaria, la violencia no ha cesado, va en aumento y repercute fundamentalmente en la vida y la seguridad de las mujeres víctimas de violencia”, expresaron las responsables del espacio en un documento enviado a la instancia federal.

La importancia de estos refugios radica en que en México 10 mujeres son asesinadas al día, de acuerdo con datos oficiales.

Mientras que 90% de las mujeres que ingresan a los refugios han sido víctimas de intento de feminicidio, 95% menciona que el último episodio violento antes de salir de casa para salvar su vida y la de sus hijos se dio en el hogar, de manera específica en la recámara, y 90% de indígenas han tenido que huir de su comunidad por denunciar a sus agresores ante las autoridades.

Ante este panorama, dicen las responsables de este lugar, es fundamental que el Estado garantice la vida y la seguridad de las mujeres, aun más durante la pandemia, puesto que “los refugios son el único mecanismo que protege y salvaguarda la vida e integridad de las mujeres y sus hijos”.

En el caso del China Yodo, requiere un presupuesto de 6 millones de pesos por año, que le alcanza para brindar atención a 50 familias.

Pero mientras el recurso no aterriza, las trabajadoras decidieron aguantar con la red de apoyo que poseen, brindando comida y atención a las usuarias, además de negarse a cerrar, pese a que el virus suma 11 casos positivos en Oaxaca y que poco a poco comienza a manifestarse en la región, con otros tres sospechosos.

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